Semana electoral
Inhabilitado. Ricardo Martinelli fue oficialmente inhabilitado para aspirar a cargos de elección popular. El Tribunal Electoral (TE) comunicó la noche del lunes, 4 de marzo que, luego de recibir la sentencia ejecutoriada en contra del expresidente, su candidatura era incompatible con la Constitución.
Además, anunciaron que José Raúl Mulino asumirá la candidatura presidencial mientras que Alejandro Pérez, abogado de Martinelli y quien era su suplente —en la candidatura a la diputación en el circuito 8-4— asumirá ese lugar en la papeleta circuital. Decretaron que deberá retirarse toda la propaganda donde aparezca el expresidente como candidato.
Con la sentencia en firme, contra Martinelli pesa una condena de 10 años y 8 meses de prisión y la obligación a pagar una multa de $19.2 millones por blanqueo de capitales. El expresidente se encuentra asilado en la embajada de Nicaragua desde el pasado 7 de febrero.
Sorteo. El Tribunal Electoral llevó a cabo el sorteo del orden en el que los candidatos presidenciales podrán intervenir en el siguiente debate presidencial. El mismo se llevará a cabo en David, Chiriquí, el próximo miércoles, 13 de marzo. Según los resultados del sorteo, la candidata Maribel Gordón tendrá la primera palabra, seguida de: Melitón Arrocha, Ricardo Lombana, Zulay Rodríguez, José Gabriel Carrizo, José Raúl Mulino, Rómulo Roux y Martín Torrijos, en ese orden.
El debate tendrá un formato town hall, donde las preguntas serán formuladas por jóvenes en el público. Otros aspectos distintos de la metodología incluyen derecho a réplica por parte de los candidatos, repreguntas elaboradas por otros jóvenes y una bolsa de tiempo para que los candidatos se manejen a ellos mismos durante las intervenciones. El debate es organizado por la Asociación Panameña de Debate (Aspade) y será producido por SerTV.
Análisis. Luego del debate del pasado lunes, el equipo editorial de Nueva Nación analizó las palabras más reiteradas por los candidatos presidenciales en el escenario. El resultado fue una nube de palabras donde se pueden apreciar los conceptos y términos más repetidos durante las casi tres horas de debate. Pueden leer un análisis completo del debate pasado, en preparación para el siguiente, en esta nota.
Discrepancias. Las cifras arrojadas por el Censo Poblacional llevado a cabo el año pasado y las cifras totales del Padrón Electoral muestran discrepancias entre la población y la cantidad de electores en algunas áreas del país. Particularmente, en el distrito de San Miguelito, hay una diferencia de unos 55 mil votantes más que los habitantes mayores de 18 años en tal distrito. En tres de los nueve corregimientos del distrito hay más votantes en el padrón que habitantes según el censo.
Sobre este tema, el Tribunal Electoral ha asegurado que se debe a personas que se mudaron del lugar donde están registrados para votar y no han hecho el cambio de residencia correspondiente para votar en otros lugares. Este trámite tiene que hacerlo de forma voluntaria la persona que se mudó de corregimiento o distrito a través del trámite de cambio de residencia. Anteriormente se dio un caso similar con el corregimiento de San Felipe, donde los datos del Censo no coincidían con el registro electoral. La discrepancia ha generado crítica y cuestionamientos a los procesos del TE.
Elección en números
Históricamente, Panamá ha demostrado una alta participación electoral desde el regreso a la democracia y con la primera elección regular en 1994, oscilando por encima del 70%.
Si bien entre 2014 y 2019 se dio la baja más significativa de una elección a la otra —de cuatro puntos porcentuales menos— las cifras siguen siendo altas en el contexto de la región y el mundo. El Tribunal Electoral busca impulsar la participación electoral para el proceso entrante del 5 de mayo.
Algunos analistas ponderan si se podría dar una baja en la participación por el descontento generalizado hacia el sistema político y la aparente falta de convencimiento por parte del electorado.
En la edición de mañana en El Pulso analizaremos un poco esta posibilidad, las razones intuitivas de una hipotética baja en la participación y cómo la cultura electoral panameña podría ser un punto a favor. Además se cubrirán otros factores interesantes para intentar entender el complejo panorama que nos plantean estas elecciones.
Mientras tanto, los invitamos a leer la última edición de El Pulso, un análisis exhaustivo a la realidad actual que enfrenta el Tribunal Electoral, nuevamente en el ojo de la tormenta tras el anuncio de inhabilitación del expresidente Ricardo Martinelli.
Democracia en la región
La elección en Panamá es una de al menos ocho elecciones generales y locales que se llevan a cabo en Latinoamérica este año. Particularmente llamativas son las elecciones presidenciales y municipales celebradas en El Salvador el 4 de febrero y el 3 de marzo, respectivamente. Nayib Bukele se reeligió a la presidencia salvadoreña en febrero. Y en marzo su partido logró ganar en 43 de las 44 alcaldías del país.
Bukele, su estilo y su gestión han sido utilizadas como referencia por políticos de todo el mundo. Panamá no es la excepción. «Ustedes me piden que sea como Bukele, y voy a coordinar con Bukele y con quien sea necesario para combatir el crimen organizado,» dijo Ricardo Lombana durante el primer debate presidencial. Luego, en una entrevista televisiva dijo que se refirió al presidente salvadoreño por su manejo de las finanzas públicas, pues según Lombana, con Bukele «llegó un presidente que dijo paren de robarse la plata».
Los valores democráticos de Bukele han sido cuestionados, tanto a lo interno del El Salvador como por la comunidad internacional. La ejecución de la última elección en ese país encendió alarmas, pues a pesar de que la Constitución lo prohíbe, Bukele corrió por la reelección. El presidente se proclamó ganador antes de que estuvieran disponibles los primeros resultados preliminares.
No obstante, la popularidad de Bukele a lo interno de El Salvador y en la región latinoamericana es innegable. Cuenta con abrumadores índices de aceptación y controla todas las esferas gubernamentales de su país. Su popularidad puede significar que aspirantes a cargos en diversos países busquen hacer paralelos con el mandatario salvadoreño, como ya está sucediendo en Panamá.