El pasado miércoles, 30 de abril —luego de semanas de una tensa auditoría en sitio— la Contraloría General de la República publicó la planilla completa de la Asamblea Nacional. El detalle que incluye ese documento, que no se había visto anteriormente, es la “ubicación” de cada funcionario dentro de la Asamblea. Esa columna en la base de datos se refería a dónde en la Asamblea está nombrada — y supuestamente labora— cada persona.
Además de un exhaustivo análisis de datos, planteamos un análisis político de esa publicación. ¿Por qué esto? ¿Por qué ahora? ¿Por qué esta información? ¿Qué nos dice el pulseo político entre la Asamblea Nacional y la Contraloría?
Enfrentados
Durante el mes de abril, la Contraloría se propuso hacer una auditoría de los manejos en la Asamblea, particularmente la contratación de funcionarios y la utilización de la planilla. Personal de la Contraloría entró a los predios legislativos, causando tensiones con funcionarios y diputados. Una de las principales medidas implementadas fue el pago de las dos últimas quincenas con cheques para identificar realmente quiénes sí trabajan en la institución y quienes son “botellas”.
El contralor Anel Flores aseguró que es evidente que existen muchas botellas, pues en la planilla hay más personas de las que caben en el edificio. La medida causó descontento, con funcionarios protestando y enfrentándose con el personal de la Contraloría.
En reacción, Flores se mostró firme.
Contenido
La base de datos publicada por la Contraloría cuenta con siete columnas: cédula del funcionario, número de posición —un número único que distingue el nombramiento—, fecha de inicio de labores, nombre y apellido de la persona en dos columnas separadas, monto del salario bruto y “ubicación”, la cual, como ya se estableció, se refiere a dónde en la Asamblea están nombrados.
Sin embargo, la base de datos no incluye un dato clave. No se detalla qué cargo tiene cada persona dentro de la institución. Tampoco se especifica si están bajo un contrato permanente o eventual. Usualmente, las planillas publicadas por la Contraloría para las demás instituciones del Estado sí incluyen esta información.
Igualmente, hay algunos detalles de la “ubicación” que son confusos. Para algunos funcionarios se detalla en qué despacho puntualmente trabajan. Para otros, solo se pone el nombre de una provincia o incluso el nombre de una junta comunal. Se entiende que la columna de ubicación fue elaborada por personal de la Contraloría luego de semanas de auditoría.
Datos
La base de datos publicada por la Contraloría lista unas 4,022 personas que laboran en la Asamblea Nacional. De esas, el 26% aparecen como nombradas este año en sus cargos. Un 53% de las entradas en la base corresponden a nombramientos de 2021 en adelante.
Fuente: Contraloría General de la República
Esto, sin duda, puede tener que ver con la naturaleza temporal de los cargos en la Asamblea. En el pasado, mucho se ha criticado el poco control que se aplica al nombramiento de funcionarios y a las distintas partidas que existen dentro de la estructura presupuestaria para contratar a estas personas.
Además de la mayoría de empleados que se han integrado en los últimos años, también aparecen en la planilla funcionarios de vieja data. Por ejemplo, hay tres personas que laboran en la institución desde 1979.
Sueldos
Al analizar los sueldos brutos que se detallan en la base de datos, vemos que el 64% de los funcionarios en la planilla gana menos de $2,000 mensuales. El 49% gana entre $1,000 y $2,000 mensuales.
Fuente: Contraloría General de la República
En cambio, 4% gana más de $4,000 mensuales.
Y la base de datos no incluye los gastos de representación que puedan tener los distintos funcionarios, sino que solo presenta el salario bruto mensual. Es por esto que los diputados, por ejemplo, aparecen con un salario bruto de $1,800, a pesar de que su ingreso mensual incluye $3,200 en gastos de representación, elevando así el total a $5,000 mensuales. Se desconoce si otros funcionarios en la planilla también cuentan con gastos de representación.
El gasto total mensual contemplado en la planilla publicada por la Contraloría asciende a los $7.1 millones mensuales.
Control
Según la planilla publicada, el 48% de todos los funcionarios de la Asamblea Nacional —1,928 personas— están asignados directamente a despachos de diputados, a bancadas, o son diputados o suplentes. La mitad restante se trata de personal catalogado como administrativo o interno de la institución. Estos, no responderían a ningún diputado o partido en particular.
Del total de funcionarios asignados a diputados, un 37% corresponde a personas asignadas a despachos de diputados del Partido Revolucionario Democrático (PRD) o a la bancada de ese partido. El segundo partido con más nombramientos en su bancada y despachos es el partido de gobierno, Realizando Metas, con el 19%. El tercero es Cambio Democrático con un 13%. Y el cuarto es el Partido Panameñista.
Fuente: Contraloría General de la República
Si bien se trata de los cuatro partidos más grandes del país y de los más establecidos en el sistema político, el PRD tiene un porcentaje sumamente importante del total. Esto podría demostrar que el control de los nombramientos a lo interno de la Asamblea, si bien tiene que ver con el poder que se tiene hoy día a nivel legislativo, también responde a un conocimiento de los mecanismos y prácticas partidistas arraigadas y conocidas.
Igual, tal porcentaje podría indicar que las estructuras de poder en la Asamblea pueden estar tan arraigadas que demoran en soltarse. Recordemos que el PRD controló la Asamblea durante todo el quinquenio pasado, teniendo mayoría y presidiendo el legislativo durante los cinco años del gobierno de Laurentino Cortizo. Además, Dana Castañeda, actual presidenta de la Asamblea por RM, fue subsecretaria general en el quinquenio pasado.
Firme
Luego de la tensión que surgió en la Asamblea tras la entrada de personal de la Contraloría, Flores habló con los medios. Explicó en entrevista con TVN que a su juicio, no contaron con el apoyo de la presidenta Castañeda para llevar adelante su labor de fiscalización. “Vimos una actitud de una presidenta de la Asamblea que parece una batallonera más,” criticó Flores.
Dijo que pondrían reloj para marcar la entrada y salida de los funcionarios en la Asamblea.
“Eso que sucedió no es más que una cofradía de gangsters [que] hay ahí adentro,” dijo Flores refiriéndose a la Asamblea y los funcionarios, muchos apoyados por diputados, quienes protestaron su presencia.
Flores agregó que hay “una mina de personal” nombrado a nivel nacional. Estos son los conocidos promotores culturales y deportistas. “Yo dudo que trabajen,” aseguró. Dijo que la presidenta de la Asamblea no estuvo dispuesta a entregar la información solicitada por la Contraloría. Esto, a pesar de que Castañeda aseguró en su discurso de toma de posesión que buscaba un cambio en la relación de la Asamblea con la ciudadanía y limpiar la institución.
Justicia
Al publicar la planilla, se habilitó desde Contraloría un correo electrónico donde los ciudadanos pueden denunciar, de forma anónima, a personas que participen en un esquema cashback. Esto se refiere a personal nombrado que no trabaja en la Asamblea, cobra un cheque y le entrega un porcentaje de lo que cobra al diputado o diputada que lo nombró.
Es una vieja práctica desenmascarada por una investigación periodística hace casi ocho años.
Ahora, asegura Flores, la práctica continúa. En entrevista radial, reveló que recibieron más de 800 denuncias en la página web de personas que cobran pero no trabajan. Además, criticó las oficinas de participación ciudadana en otras provincias del país.
“Cuando usted ve los nombres, usted se da cuenta que son organismos electorales. Son la fuerza electoral de los diputados que tienen [una] planilla pagada por el Estado […] Ellos mantienen su estructura política durante cinco años esperando la próxima elección,” dijo Flores.
Aseguró que la Contraloría avanza con las diligencias para llevar ante el Ministerio Público a 400 personas señaladas por cobrar sin trabajar.
Agregó que cuentan con testimonios y evidencia para dar insumos suficientes a la justicia para abrir los casos.
Además, el contralor se refirió al Departamento de Recursos Humanos de la Asamblea, el cual describió como “cómplices”. Aseguró que en vez de apoyar su labor de auditoría, tal departamento ha sido “la mayor piedra en el zapato”.
Defensa
Luego de la publicación de la planilla por parte de la Contraloría, algunos diputados hablaron con medios y denunciaron irregularidades.
El diputado Luis Duke (VAMOS 8-2), por ejemplo, dijo que se llevó una sorpresa al ver que hay once personas asignadas a su despacho que no trabajan para él. De las siete que sí trabajan, dice que hay tres que no se le asignaron a su despacho en el listado. Dijo que el proceso de auditoría estaba manchado por estas irregularidades y pidió al contralor “ponerse serio”.
Por su parte, Jaime Vargas (PRD 5-2) aseguró que los diputados no nombran a nadie y que es la institución la encargada. Según la base de datos, tiene 82 funcionarios a su nombre por un monto total de $164 mil mensuales. Dijo que eso no es cierto y cuestionó directamente la intención del Contralor.
“¿Cuál es el objetivo de subir eso a las redes o dejar mal a uno?” se preguntó al dar declaraciones a medios.
Actitud
Es claro que estamos viendo en Flores un contralor más político que los anteriores, más asertivo y con una agenda más agresiva. Si bien las confrontaciones entre la Contraloría y la Asamblea no son nuevas —ya las vivimos durante la administración de Federico Humbert al frente de la institución mientras la exdiputada Yanibel Ábrego presidía el legislativo— sin duda la actitud de Flores es otra.
A diferencia de algunos contralores del pasado, Flores no le rehuye a la parte política de su puesto. Es más, la abraza.
Habla con medios, da entrevistas extensas, explica su actuar, se muestra crítico de las instituciones y autoridades electas y hace llamados a otros órganos del Estado, como al judicial, para apoyar su labor.
Clamor
La realidad es que Flores no está solo.
Lo que dice, cómo plantea sus argumentos y los cuestionamientos que sostiene van de la mano con lo que suplica la ciudadanía desde hace décadas. Ésta clama por transparencia, orden, austeridad y justicia cuando se trata de los fondos que maneja la Asamblea Nacional. El despilfarro percibido y la falta de control generan indignación y desconfianza.
El nuevo perfil adoptado por el contralor Flores podría marcar un antes y un después en la figura.
En el pasado —al menos en los últimos periodos— el contralor ha sido una figura que intenta presentarse como técnica. Y usualmente, el puesto no funciona como trampolín político. Sin embargo, un cambio de estrategia bien podría generar un cambio en los resultados.