Obras versus desempleo: ¿será suficiente la estrategia de Mulino?

“Yo solamente pido paciencia. Esto no va a llegar como Santa Claus, regando en un trineo empleo por todo el país. Eso no va a pasar,” dijo el presidente José Raúl Mulino en conferencia de prensa el jueves, 20 de febrero, pasado.

Aseguró que el empleo “no lo va a dar el gobierno” y que no se tiene un plan masivo de empleo como Estado. “No vamos a crear puestos, como piden algunos, en distintas instituciones del Estado para volver a nombrar gente. Eso no existe,” dijo tajante.

Anunció, durante esa misma conferencia de prensa, una cartera de proyectos de infraestructura a nivel nacional que espera “tenga impacto en el año 2025” con la intención de dinamizar la economía y que el sector privado genere empleo.

El desempleo impacta —desproporcionadamente— a la población jóven. A personas graduadas de la escuela o de la universidad se les dificulta encontrar empleo, aún más en el sector formal y bien remunerados.

En el contexto del debate sobre las reformas al sistema de la Caja de Seguro Social, la generación de empleo formal bien remunerado es uno de los grandes retos que enfrenta la economía. Y hay quienes argumentan que cambios a la ley sin una estrategia de empleo integral siempre serán insuficientes.

 

Situación

Según la más reciente encuesta de empleo publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), la tasa de desempleo de Panamá se sitúa en 9.5% a octubre pasado. En total se estima unas 202,609 personas desempleadas.

Se trata de un incremento de 2% en comparación a las cifras correspondientes a agosto de 2023, cuando se registraba un 7.4% de tasa de desempleo.

La máxima tasa de desempleo se registró en 2020 en el contexto de la pandemia por Covid-19, elevándose hasta 18.5%. Antes de eso, en 2019, se registró una tasa del 7.1%. La economía no ha podido regresar a los niveles pre pandémicos.

 

Encuesta

La encuesta fue aplicada en relación a la población de 15 años o más, económicamente activa. Este es el nombre que el INEC le da al grupo de personas que suministra la mano de obra disponible para la producción de bienes y servicios del país.

Esta a su vez es dividida en ocupada y desocupada.

El total de población de más de 15 años es de 3,350,000 personas. Sin embargo, la población económicamente activa de más de 15 años —y por ende la que se analiza en la data— es de 2,126,771 personas.

La proporción entre la población económicamente activa y la población total mayor de 15 años es la tasa de participación económica. La misma actualmente se sitúa en un 63.3%.

 

Empleadores

De los 1.9 millones de panameños que están ocupados, es decir, trabajando, el 59% son empleados. El 32% se describe como trabajadores por cuenta propia. El resto son patronos y trabajadores familiares.

Estas cifras han variado en alrededor de un 2% en comparación a agosto de 2023, donde el 61% eran empleados y el 3% trabajadores por cuenta propia.

De los empleados, casi la mitad corresponden a la empresa privada, con el gobierno siendo el segundo gran empleador. Hay además uno 86,683 empleados que se describen como trabajadores del servicio doméstico.

 

Salarios

La encuesta también registra qué porcentaje de quienes sí están trabajando tienen trabajos “plenos” —entendidos como de tiempo completo— y cuántos están en tiempo parcial o sub-empleados, ya sea por falta de horas o por falta de ingresos.

De la población ocupada, solo el 51.7% tiene empleos plenos y el 31.3% trabaja a tiempo parcial.

No obstante, la cantidad de horas no define necesariamente el ingreso. Del total nacional, el 18.1% trabaja 40 o más horas a la semana y tiene ingresos menores al salario mínimo.

Para comprar, el 37.7% de los ocupados en áreas rurales están en esta condición, mientras que en áreas urbanas es el 13.6% que gana menos del salario mínimo trabajado 40 horas o más a la semana.

En cuanto a provincias, es en la provincia de Panamá donde esto menos se da, con el 13.7% en esta condición. En áreas comarcales la cifra se eleva hasta el 80%, como es el caso de la comarca Kuna Yala.

 

 

Promesa

Mulino llegó al poder, si bien sobre la espalda del capital político de Ricardo Martinelli, también apoyado sobre una promesa de “chen chen”: la promesa de volver a los tiempos de bonanza fue el centro de la campaña presidencial Martinelli-Mulino.

Analistas decían, preventivamente, que las promesas de mejoras a la economía y al ingreso de la población se encontraban cuesta arriba, pues las circunstancias fiscales habían cambiado y los correctivos serían lentos y no darían frutos inmediatos.

Sin embargo, hay un sector importante de la población que exige resultados. De hecho, la respuesta de Mulino sobre el trineo y el empleo se dio tras una pregunta de un ciudadano: “¿Para cuándo los empleos?”

 

Obras

El presidente ha dicho reiteradas veces que el Gobierno no tiene una estrategia para que sea el Estado quien genere empleo, sino que buscará impulsar la inversión privada. La semana pasada anunció varias obras de infraestructura.

La primera fase contempla 14 proyectos que —asegura Mulino— han sido seleccionados y se les ha encontrado presupuesto. En total será una inversión de $350 millones que dijo el presidente generará unas 10 mil plazas de empleo.

El listado incluye mejoras a las redes de acueductos, pozos y potabilizadoras. También se abordará la construcción del Centro Penitenciario de Nueva Esperanza en Colón y el Centro Femenino de Rehabilitación en Pacora.

En cuanto a salud, Mulino mencionó la Policlínica San Isidro en San Miguelito, el Hospital Manuel Amador Guerrero en Colón, el Hospital de Bugaba, el Hospital Aquilino Tejera de Penonomé y el Anita Moreno en Los Santos.

En el listado también mencionó la rehabilitación y mantenimiento de escuelas.

 

Se refirió a estas obras como la primera etapa de un “plan de urgencia sobre relanzamiento económico y empleo”.

 

Como segunda etapa del plan de “relanzamiento económico”, el ministro de Obras Públicas, José Luis Andrade, anunció ayer miércoles, 26 de febrero, tres grandes obras que lleva adelante esa cartera. Las obras fueron anunciadas y enfocadas en torno a la generación de empleo, contabilizando cuántos directos e indirectos generaría cada proyecto.

Los tres proyectos son: la rehabilitación de la Carretera Panamericana del Oeste, la rehabilitación de la carretera Panamericana Santiago-David y la construcción de la carretera Forestal de Arraiján.

El total de inversión en los tres proyectos es de $425.4 millones. En cuanto a empleos, el MOP estima que las tres obras generarán 7,400 plazas de trabajo directas e indirectas.

 

Las inversiones, indicó Andrade, contemplan no solo la rehabilitación o construcción de carreteras, sino también el mantenimiento por 36 meses a partir de su entrega.

Los tres proyectos de la segunda etapa se ejecutarán bajo el régimen de Asociación Público-Privada (APP) y tienen como meta, según indicó Mulino y el propio ministro, “dinamizar la economía”.

 

Apuesta

La apuesta a invertir en obras de infraestructura estatales como mecanismo de generación de empleo no es nueva. Se aplica en todo el mundo y fue parte de la dinámica del gobierno de Martinelli (2009-2014). Eso, al margen del superávit fiscal heredado y el grado de inversión obtenido.

La pregunta es si será esta apuesta suficiente con la realidad fiscal y económica actual que enfrenta el país. En medio de grandes debates nacionales como aquel de la Caja de Seguro Social —cuyo desenlace podría impactar las finanzas significativamente— el futuro financiero del país es incierto.

 

Perspectiva

La población trabajadora panameña enfrenta un panorama complicado. Sin duda la recuperación post-pandemia no ha sido hasta los niveles previos, los cuales ya venían en deterioro. Para los jóvenes, es un panorama desalentador.

Otro gran tema que tendrá impacto sobre la economía es el inevitable desenlace de la saga minera.

 

Mulino se refirió a la misma en conferencia de prensa hoy jueves, 27 de febrero, asegurando que se adentrará en ese problema al salir del tema de la CSS. Esta semana se reunió con empresarios que prestaban servicios a la mina y emitieron una carta pidiendo respuesta.

“Gran parte de lo que estamos sufriendo hoy en Panamá es la ausencia de esa fuente de empleo, de esa generación de riqueza que proveía la mina,” adelantó Mulino.

Algunos sectores argumentan que se están sentando las bases para reabrir la mina. La estrategia gubernamental aún no es clara, pero sí se ha hablado de “abrir para cerrar”. “El cómo, lo diré cuando tenga previsto ya la estrategia,” aseguró el presidente.

Y agregó, una vez más, que para sentarse a hablar cualquier cosa con la empresa First Quantum, se deberán suspender los procesos de arbitraje que impulsa la empresa contra Panamá.

 

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