Ayer miércoles 25 de septiembre, el presidente José Raúl Mulino se dirigió por primera vez ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. En un discurso conciso y directo, el mandatario fue cónsono con las que han sido sus evidentes prioridades en materia internacional.
A diferencia de las intervenciones de otros mandatarios, particularmente Laurentino Cortizo, el discurso de Mulino fue breve y al grano. No utilizó la tarima internacional para hablar de temas locales, sino que efectivamente proyectó las problemáticas internacionales que achacan a Panamá.
Tocó principalmente tres temas: la crisis migratoria en el Darién, la situación política de Venezuela y la inclusión de Panamá en listas negras en materia fiscal. Y en general el discurso siguió una temática de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.
Darién
El presidente inició su discurso hablando de la estratégica posición geográfica de Panamá y su impacto en la historia nacional. Lo contextualizó, explicando que si bien es esa posición y su explotación lo que ha impulsado el comercio internacional a través de Panamá y lo que da valor a su ruta interoceánica, es también esa posición de paso la que da pie a la crisis migratoria que se vive en el Darién.
Mulino contextualizó las cifras del paso migrante por el Darién e intentó a aterrizarlas a las realidades de otros países. Puso el ejemplo con Estados Unidos. Explicó que más de medio millón de personas pasaron por la selva el año pasado, lo cual corresponde a un 12% de la población total de Panamá. Esa cifra, dijo, correspondería a que entraran 40 millones de migrantes en un año a Estados Unidos.
«Les pido que vean la magnitud de lo que está sucediendo, porque sentimos que no contamos con todo el apoyo internacional que corresponde para hacerle frente a una situación tan angustiante desde el punto de vista humanitario, tan costosa en lo financiero, tan riesgosa para nuestra seguridad y tan alarmante por la devastación ambiental que nos dejan», agregó el presidente.
Las cifras publicadas por el Servicio Nacional de Migración refuerzan las declaraciones de Mulino. La cifra total contabilizada para el 2023 fue de 507,085 migrante. En agosto entraron unas 81,946 personas, lo cual promedia 2,643 por día.
Fuente: Servicio Nacional de Migración
«En Panamá hoy está la nueva frontera de los Estados Unidos, porque en Darién y por el Darién pasan los que buscan aquí en este país una mejor vida. Panamá, que siempre ha estado de lado de la paz y del progreso de las naciones, hoy necesita ayuda y apoyo de esos países a los que ha ayudado históricamente en este y en otros recintos», dijo Mulino. Reiteró una y otra vez que este es un problema regional que afecta a diversos países pero es Panamá el que paga el costo más alto.
Lo ató también al crimen organizado y la delincuencia que controla el flujo de personas, así como a la devastación ambiental en la selva del Darién. Además de su intervención en la Asamblea General, Mulino sostuvo una reunión bilateral con su homólogo colombiano, Gustavo Petro. Lo que haga o deje de hacer el gobierno colombiano en cuanto al flujo migratorio irregular es clave para frenar la problemática.
Durante su intervención Mulino no hizo referencia a los contados vuelos de repatriación que se han hecho desde Darién para regresar migrantes, de forma voluntaria, a sus países de origen. Dicho vuelos se concretaron mediante un acuerdo de entendimiento firmado el día que Mulino tomó posesión.
Venezuela
La crisis migratoria en el Darién dio pie a otro de los temas tocados por Mulino durante su discurso: la situación política en Venezuela. Más del 60% de los migrantes totales que cruzaron el Darién en 2023 eran venezolanos. Así lo evidencia la data publicada por el Servicio Nacional de Migración.
Fuente: Servicio Nacional de Migración
En total, unos 328,650 venezolanos cruzaron la frontera del Darién en 2023.
«La inestabilidad política es una de las causas generadoras de la migración masiva. Cuando existen casos graves de crisis institucional a lo largo del tiempo, tienen como consecuencia inmediata la deserción de sus ciudadanos. Venezuela es un ejemplo concreto. Es por eso que quiero hablarles de nuestra situación política regional, que casualmente es el hilo conductor de la crisis migratoria que vivimos», planteó Mulino.
«Querer ganar sin mostrar las actas es lo mismo que perder y no aceptar los resultados. De hecho, el régimen actual ha perdido el sustento de sus más fervientes defensores en la región o, en el mejor de los casos, ha recibido el frágil apoyo del silencio», dijo en referencia a las elecciones venezolanas del pasado mes de julio.
Y justo después hizo un llamado que las organizaciones regionales correspondientes actúen de forma enérgica contra «las actitudes y comportamientos manifiestamente antidemocráticos». Mulino ha asumido un rol de liderazgo a nivel regional en condenar las acciones del gobierno de NIcolás Maduro y se ha planteado como un ferreo aliado de María Corina Machado, líder de la oposición venezolana.
Es evidente, por su intervención en Nueva York y su forma general de abordar el problema, que Mulino pondera que una solución o mitigación a la crisis migratoria en el Darién pasa por sostenida estabilidad política y social en Venezuela.
Listas
Finalmente, Mulino abordó el tema de las listas fiscales, describiéndolas como «discriminatorias», adjetivo que ha usado desde siempre para referirse a las mismas. Su enfoque fue interesante, pues manifestó que Panamá es un país abierto, que colabora en el ámbito internacional, con el cual países de todo el mundo hacen comercio y que incluso entrará a partir de enero en el Consejo de Seguridad de las Nacionales Unidas, y aún así es incluido en listas que, a su juicio, equiparan al país con tiranías y dictaduras.
«Es paradójico, pero las naciones que aprueban la inclusión de Panamá en esas listas usan nuestro canal, participan en licitaciones públicas, lucran con consultorías pagas y hacen lobby a favor de sus empresas para lograr contratos en nuestro país», dijo, y reiteró en el plano internacional la medida previamente anunciada en Panamá.
«Este presidente ha tomado la firme decisión de no permitir que las empresas de los países que avalan y acompañan esas listas participen en licitaciones internacionales. Tampoco contarán con nuestro voto en los organismos internacionales», enfatizó.
El tema de las listas ha sido una prioridad en materia internacional para Mulino y su equipo de Cancillería. Apuesta a la salida de Panamá de dichas listas para impulsar el crecimiento económico, atraer más inversión y mejorar la marca país.
Tono
El presidente cerró reiterando la intención de Panamá de colaborar con la comunidad internacional para avanzar sus metas conjuntas. Su tono fue parco, firme y conciso, sin duda una bocanada de aire fresco cuando se contextualiza con sus antecesores.
Los tres temas abordados por Mulino en el escenario internacional muestran claramente cuáles son las prioridades que impulsa este gobierno. Además de su participación en la Asamblea General, Mulino y el amplio grupo de ministros que lo acompaño a Nueva York sostuvieron otras reuniones bilaterales. Como punto clave, el presidente se reunió con Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania y anunciaron el acuerdo de abrir embajadas en ambos países, profundizando las relaciones diplomáticas.