La próxima era presidencial: retos y expectativas

La próxima era presidencial: retos y expectativas

El presidente electo el próximo domingo, 5 de mayo, tomará posesión el lunes, 1 de julio de 2024.

Comenzará un quinquenio presidencial que enfrentará retos, nacionales e internacionales, que pondrán a prueba su capacidad, y la de su gabinete, para gestionar e implementar planes y programas ya prometidos.

Esto, sumado a una reconfiguración del poder legislativo en la Asamblea Nacional, con nuevos —y no tan nuevos— poderes repartiéndose las cuotas a lo interno para hacerse con el control de las comisiones legislativas.

Sin importar quién resulte electo, aunque hay escenarios más graves que otros, será una presidencia que pondrá a prueba nuestras instituciones democráticas.

Si bien la cantidad de indecisos con su voto probablemente se ha reducido, los planes de gobierno, las declaraciones de cada uno y un entendimiento de qué tipo de gobierno prometen, pueden darnos indicios de cómo lucirían esos primeros meses presidenciales de algunos de los candidatos.

Analizaremos a cinco candidatos: José Raúl Mulino, Ricardo Lombana, Martín Torrijos, Rómulo Roux y José Gabriel Carrizo.


Mulino

El candidato de Realizando Metas, José Raúl Mulino, está en la papeleta en reemplazo de Ricardo Martinelli luego de su inhabilitación por haber sido condenado por blanqueo de capitales.

La propia legalidad de su postulación —que esté en la papeleta sin haber pasado por un proceso de primarias y sin contar con un vicepresidente— es cuestión de debate, pues la candidatura está demandada por inconstitucionalidad, con el caso reposando en la Corte Suprema de Justicia. A 10 días de la elección, se agota el tiempo. No obstante, es Mulino quien, según distintas encuestas de opinión, lidera la intención de voto.

La primera pregunta sobre una presidencia de Mulino es qué pasará con el expresidente Martinelli. El candidato ha dicho reiteradas veces que “apoyaría” a Martinelli sin especificar qué significa. Agregó que sería “como corresponde en derecho”.

¿Le reducirá la pena? ¿Le dará el salvoconducto para que se asilie en Nicaragua y no cumpla su condena en Panamá? ¿Usará otros mecanismos legales para que Martinelli quede en libertad? Mulino no responde a estas interrogantes.

Preguntas sobre quién mandará si gana el candidato de RM quedan en el aire.


Constituyente

Respondiendo a La Prensa, el candidato Mulino también precisó que, de ganar, llevará a cabo una asamblea constituyente originaria.

Esto implica anular la Constitución actual y reformar el marco legal del país según su criterio como presidente. Es importante subrayar que el proceso estaría completamente sujeto a la voluntad de Mulino como presidente.

No existen reglas establecidas para este tipo de proceso y la logística quedaría en manos del Ejecutivo, incluyendo la selección de redactores para la nueva Constitución, su aprobación, la distribución de los poderes estatales y su implementación.

En países vecinos, las asambleas constituyentes han servido para debilitar a las legislaturas nacionales y otorgar poderes adicionales a los presidentes, algunos de los cuales han prolongado su mandato sin justificación legítima.

Una asamblea constituyente originaria equivale, en efecto, a un auto-golpe de estado.

La Constitución actual, de 1972 y reformada en cuatro ocasiones, prevé varios métodos para su modificación, incluyendo la aprobación de reformas por la Asamblea Nacional y otro proceso de reforma convocado por el Ejecutivo, pero siempre bajo reglas claras.

Al mencionar «originaria», Mulino sugeriría que no se atenderán dichas reglas, dejando el proceso en sus manos y a su discreción.

No es la primera vez que se propone una asamblea constituyente originaria. Varios movimientos a lo largo de la historia reciente han intentado reemplazar la Constitución de 1972. Por ejemplo, el grupo Ciudadanos Unidos por la Constituyente (CUCO) ha tratado de elevar la propuesta mediante una papeleta adicional en las elecciones. Sin embargo, el país ha mostrado resistencia a un proceso de reforma constitucional significativa, quizás para evitar mayor inestabilidad.

El principal promotor de Mulino, el expresidente Ricardo Martinelli, buscó reformar la Constitución durante su mandato (2009–2014), incluso convocando un consejo de reforma con varios juristas. Sin embargo, el documento resultante fue rechazado por ser demasiado extenso y burocrático, entre otras razones.


Promesas

El plan de gobierno de Mulino tiene un total de 29 páginas. No solo es de los más cortos sino también que es de los más superficiales, con temas genéricos y una lista de ideas sin priorizar o expandir.

Toca temas como la creación de empleo, la educación y el agua. Por ejemplo, para educación, el primer punto es “volver a garantizar el acceso universal a una educación de calidad”. El siguiente punto es que entregará laptops a todos los estudiantes.

El plan se centra en la construcción de obras de infraestructura: hospitales, carreteras y potabilizadoras, entre otras. Es muy posible que los primeros meses de un gobierno Mulino se centren en dar inicio a estas obras, siguiendo la fórmula de creación de empleo de Martinelli durante su quinquenio.


Control

La capacidad de un gobierno RM dependerá también de la cuota de poder que logren a nivel legislativo. Se habla, desde ya, de un pacto entre diputados del Partido Revolucionario Democrático y los que salgan electos de RM. Todo indica que serían las dos bancadas más grandes, por lo cual una alianza legislativa entre ambos les daría control de la cámara.

Los resultados a nivel de diputados el próximo 5 de mayo definirán, en gran medida, el alcance de los planes y programas de quien sea que llegue a la silla presidencial.


Legitimidad

La posibilidad de una elección cerrada, con márgenes pequeños, parece ser cada vez más real. En el pasado, pocas horas después de cerradas las mesas de votación se tenia una clara indicación para declarar a un ganador. Es posible que este año no se sepa quién es el presidente la noche de la elección.

El Tribunal Electoral podría no ver una “tendencia irreversible” que le permita definir rápidamente un ganador. Si el conteo se extiende durante la noche y demora más de lo usual, ¿cómo lo tomará la ciudadanía?

Durante su historia contemporánea, la confianza ciudadana en el Tribunal Electoral ha sido sólida. Sin embargo, la misma sin duda se ha erosionado en la última década. El actuar reciente de la institución, amarrado a las decisiones que tomó en torno a la candidatura del expresidente Ricardo Martinelli, los han puesto en el centro de la discordia sobre puntos técnicos del proceso.

Igualmente, la confusión sobre el voto adelantado —justo esta semana— ha sacado a relucir carencias y grietas en una institución muy grande que abarca todos los aspectos de la contienda.

Pedirle cordura y paciencia a un electorado que entiende que es un momento clave para la democracia puede sonar redundante. Claro se debe cuestionar y estar vigilantes, enfrentando el proceso, y los resultados, entendiendo lo que está en juego.


Lombana

Ricardo Lombana corre como candidato presidencial por el Movimiento Otro Camino. Busca consolidar una candidatura fuertemente arraigada en la lucha anticorrupción y la distinción entre quienes son de la clase política y quienes no.

“Ellos o nosotros” es el slogan de la campaña, el cual ha generado críticas por parte de quienes consideran que el país debería buscar la unidad y no la división de cara a los retos venideros. Sin embargo, ha calado, pues le permite a una parte del electorado separarse de los corruptos, los juega vivo y la clase política tradicional.

Es el candidato con menos experiencia gubernamental pues nunca ha ocupado un alto cargo público ni de elección popular. Otros candidatos, como Martín Torrijos, le critican justamente eso. Él, por su parte, lo utiliza como una característica diferenciadora. Es el candidato outsider y apolítico de esta elección.


Cambios

Los primeros meses de un gobierno de Lombana traerían, probablemente, caras desconocidas al mundo político en puestos de alto mando como ministerios o direcciones clave.

El plan de gobierno de Lombana tiene 122 páginas. Es un documento denso y específico de acciones organizados en cuatro pilares: marco institucional y modernización del Estado, bienestar social e inclusión, desarrollo económico con equidad social y sectores económicos.

En cuanto a cambios concretos, Lombana ha sido contundente en prometer que impulsará una Asamblea Constituyente para reformar la carta magna. Propone someter a consulta popular varios de los temas que tienen que ver con institucionalidad y reforma para así tener un marco de desarrollo antes de comenzar a debatir los cambios constitucionales.


Capacidades

Otro pilar de la campaña de Lombana es la reducción de gasto público y la eliminación de “botellas”, palabra usada para describir a funcionarios públicos sin funciones claras o que solo cobran sin trabajar. De llegar al poder, podríamos esperar una gestión de recorte al inicio, con anuncios sobre programas, gastos y personal que será excluido del gasto público.

De llegar al poder, Lombana tendría que cumplir promesas sobre la reestructuración del gasto público, el tamaño del Estado y la lucha anticorrupción que no dependen solo de su gestión presidencial. Si bien algo podría hacer mediante decreto ejecutivo, esos cambios estructurales requerirán de voluntad por parte de otros actores y no serán de un día para otro.

El peligro es que, por el ímpetu de lograr cambios tangibles en los primeros meses de gobierno, una presidencia de Lombana expedite procesos y, si bien no sea al margen de la ley, ponga en tela de duda su compromiso con las instituciones y el balance de poderes.


Establecido

Por otro lado, una victoria de Lombana, además de llevarlo a la presidencia, consolidaría al Movimiento Otro Camino como un nuevo acto político popular. Si bien no quiere decir que de no ganar, el partido desaparecería, una victoria demostraría que fue el camino correcto consolidarse como partido político de cara a esta elección luego de buscar ganar la vuelta pasada por la vía independiente.

Daría, además, un espaldarazo a otras agrupaciones políticas, como la coalición Vamos, de que es esta la vía para la permanencia y el éxito político.

Nuevamente, mucho de lo que logre o no cumplir Lombana dependerá de la conformación de la Asamblea y la relación que tenga el mandatario con quienes la controlen. Si bien ha dicho que no negociará con ellos, la gobernabilidad es una realidad necesaria para impulsar una agenda política. La Asamblea Nacional entrante tendrá en sus manos el poder de frenar la gestión de cualquier presidente.


Torrijos

La candidatura de Martín Torrijos, fuera de la estructura del partido que ya lo llevó una vez a la presidencia, el PRD, genera preguntas sobre quiénes le acompañarían en caso de llegar a la presidencia.

Torrijos ha hecho casi todo lo humanamente posible para despojarse de lo que es, en estos momentos, el lastre del PRD. Tras la cuestionada gestión de Laurentino Cortizo, Torrijos decidió correr fuera de la estructura del partido que auspició su padre, pues ha argumentado que el colectivo está secuestrado por quienes actualmente lo dirigen. Renunció al partido al inicio de la campaña.

Un gabinete de Torrijos probablemente incluirá a personas vinculadas al partido que se han alejado del PRD en años recientes, así como a independientes que apoyan su candidatura.


Prioridades

El plan de gobierno de Torrijos tiene un total de 194 páginas. Menciona cuatro veces las palabras “100 días”, refiriéndose a acciones prioritarias que tomaría. Primero, habla de iniciar la ejecución de un plan de inversión de $100 millones para la rehabilitación de calles y carreteras en el país. Con esto, busca generar 3,500 empleos directos.

Priorizaría también la limpieza de “puntos clave del país” en los primeros 100 días. En el documento argumenta que esto se haría con apoyo de las alcaldías y significaría una inversión de $50 millones, generando así otros miles de empleos.

Las otras dos menciones a los 100 días corresponden a un plan para reducir la mora quirúrgica y otro para capacitar a hombres en la prevención de violencia de género.


Constitución

En cuanto a los cambios a la constitución, Torrijos es menos contundente. Está de acuerdo que se debe reformar la carta magna. Sin embargo, pide esperar que la nueva Asamblea, electa el 5 de mayo, tenga la disposición para hacer las reformas pertinentes. Agrega que, en caso de que no lo hagan, el proceso sería una constituyente paralela.

Torrijos, si bien corre bajo la estructura del Partido Popular, un partido chico que no tendrá una bancada significativa en la Asamblea, conoce la labor legislativa y, como él mismo lo dice, sabe tratar con diputados.

Probablemente veríamos a un ejecutivo que se sienta a conversar con diputados para llegar a acuerdos, asegurando así la gobernabilidad y el poder avanzar con la gestión presidencial. Las grandes preguntas sobre una presidencia de Torrijos serían que tanto se separaría de quienes controlan el partido más grande del país y buscan retener control legislativo y que, hasta hace menos de cuatro meses, eran sus copartidarios.


Roux

Rómulo Roux lidera una alianza política entre dos grandes partidos, siendo el candidato presidencial de Cambio Democrático y del Partido Panameñista. Tanto él como su candidato a vicepresidente, el panameñista José Blandón, presiden sus partidos. Ambos tienen mucho que perder a nivel político dentro de sus agrupaciones si los resultados del 5 de mayo no son contundentes.

Cambio Democrático, además de llegar a la presidencia, tiene el reto de hacer crecer su bancada legislativa, pues la mayoría de los diputados que hoy la componen están postulados por Realizando Metas. Una presidencia de Roux, con una debilitada bancada legislativa, podría significar una desarticulación en cuanto a gobernabilidad entre ambos órganos del Estado.

Por otro lado, un gabinete de Roux podría verse más empresarial y político que otros. Su presidencia deberá balancear el poder político del partido del que se adueñó definitivamente este quinquenio y la capacidad y presencia del sector privado, que ha sido la tónica de su campaña.


Enfoque

El plan de gobierno de Roux tiene un total de 86 páginas y está organizado en cuatro ejes: bienes y calidad de vida, educación de calidad, motores de desarrollo económico y generación de empleo, y democracia y un nuevo enfoque nacional e internacional.

En el documento, y también lo ha dicho públicamente, se compromete a llamar a una Asamblea Constituyente Paralela en los primeros 30 días de gobierno. De cumplir con esto, significaría que para finales de julio de 2024 estaría andando un proceso de reforma constitucional liderado por el gobierno de Roux.

Esto, sin duda, ya sea liderado por Roux o por cualquiera de los otros candidatos a la Presidencia genera un ambiente de incertidumbre y cuestionamiento en cuanto a quienes vayan a redactar ese nuevo documento, si los cambios serán los necesarios y si la ciudadanía ratificaría el documento final.


Empleos

La principal propuesta de Roux durante la campaña ha sido la promesa de generar 500 mil empleos durante su quinquenio, enfocándose en áreas como turismo, construcción, logística y el sector agropecuario. Otros candidatos han abordado Roux, durante debates y foros, criticando su propuesta y diciendo que no es realista para la situación actual de Panamá.

Sin duda la propuesta responde a la realidad que vive la población: los principales problemas que identifican en el país son el alto costo de la vida y el desempleo. De una forma u otra todos los candidatos han intentado abarcar este tema en particular. Ahora bien, qué acciones podría tomar Roux para generar 100 mil empleos en un año que las arcas del Estado se verán poderosamente apretadas por el contexto económico es una pregunta que permanece en el aire.


Carrizo

Quizás no sea necesario describir cómo sería el inicio de una presidencia de José Gabriel Carrizo, actual vicepresidente del país y candidato del PRD, ya que en muchos sentidos, se habría notado su impronta durante el periodo gubernamental actual, dentro del cual ejerció como ministro de la Presidencia y —según múltiples reportes— como el poder detrás del trono presidencial.

Carrizo apuesta a la continuidad de un gobierno muy cuestionado. Si bien Carrizo puntúa bajo en las encuestas, por detrás de todos los otros candidatos que hemos abordado, lidera la candidatura del partido de gobierno y el más grande colectivo político, por lo cual no se puede subestimar el poder de su maquinaria, la capacidad de movilización y las consecuencias que tendría un gobierno liderado por él.


Continuidad

Reiteradas veces Carrizo ha dicho que los cambios como resultado de la gestión del gobierno no se ven en cinco años, por lo cual apela a la continuidad como una ventaja. La figura del vicepresidente es de las más impopulares del actual gobierno, pues ha sido la cara de escándalos, mofa y controversias desde el día uno.

El plan de gobierno de Carrizo tiene 39 páginas. Se distingue de los otros porque bajo cada propuesta identifica de forma clara la meta puntual y en algunos casos especifica qué entidad, ministerio o dirección es la encargada de su implementación.

Propone, sin especificar los tiempos, dos consultas populares: una para decidir sobre la continuidad o no de la mina de cobre, proponiendo una empresa donde el Estado panameño sea dueño mayoritario; y otra consulta popular para decidir si se utiliza o no el río Indico como fuente hídrica para el Canal. Solo con esas dos propuestas Carrizo generaría mucho debate nacional.


Decisiones

Al umbral de una nueva era presidencial en Panamá, nos encontramos frente a una encrucijada.

El presidente electo, quien tomará posesión el próximo 1 de julio, se enfrentará a desafíos tanto nacionales como internacionales poniendo a prueba su capacidad de liderazgo.

Y este quinquenio presidencial estará marcado por una reconfiguración del poder legislativo en la Asamblea Nacional, donde nuevos actores buscarán consolidar su influencia y control sobre las decisiones clave del país.

En este contexto, es fundamental que la ciudadanía permanezca vigilante y participativa, cuestionando y demandando transparencia y rendición de cuentas a quienes nos representan. Solo así podremos enfrentar con estabilidad y confianza los desafíos que se no solo avecinan, sino que ya están cayendo frente a nosotros.