Primarias: radiografía de la política panameña

Primarias: radiografía de la política panameña

El proceso de primarias contemplado en el calendario electoral ya terminó. En el camino se definieron los candidatos presidenciales de los cuatro partidos políticos más grandes del país. En total, durante junio y julio, votaron 771,554 panameños en las cuatro primarias presidenciales, 25% del padrón electoral estimado para las elecciones de 2024.

Las cuartas y últimas primarias, del Partido Panameñista (PAN), fueron el pasado domingo, 23 de julio.

Unos 253,308 miembros de ese colectivo estaban habilitados para votar. En total, se elegían 511 candidaturas. No obstante, para el cargo presidencial, José Blandón corrió sin contrincante.

Si bien ganó, el resultado en cuanto a participación electoral además fue muy favorable. Blandón acumuló más de 101 mil votos el pasado domingo, convirtiéndose así en el candidato de oposición con más votos.

Notable que Blandón recibió 11% de votos en blanco el pasado domingo. En declaraciones posteriores, el actual presidente del Partido Panameñista dijo tener conocimiento de personas que ofrecían dinero a cambio de que las personas votaran en blanco. Sin embargo, admite que “eso no explica todo”.

La otra candidatura de más alto perfil a lo interno del panameñismo era la de Guillermo “Willie” Bermúdez, ya candidato para la alcaldía capitalina. Sin embargo, Bermúdez no logró una cantidad de votos abrumadora. También corría sin contrincante.

Su porcentaje de votos en blanco fue de 14%. En algunos corregimientos de la capital, como Las Cumbres, en Panamá Norte, el porcentaje de votos en blanco se elevó a 52%. Al otro extremo del distrito, en el corregimiento de Ancón, el porcentaje de votos en blanco fue 21%.

A lo interno del Panameñista deberán buscar entender la fuente o razón para estos altos porcentajes. El propio Blandón explicó a Nueva Nación que uno de los principales retos de Bermúdez era el poco reconocimiento a su figura, incluso a lo interno del partido.

Actualmente, Bermúdez es el único candidato en firme para la alcaldía capitalina, pues los otros partidos reservaron el cargo para negociar alianzas y los precandidatos por la libre postulación aún no están en firme.


El peso de las primarias

Panamá nunca ha tenido un presidente que llegue al poder por la libre postulación —o independiente. El proceso de primarias y la decisión que toman los electores a lo interno de los partidos define, en gran parte, la oferta electoral para todos los panameños.

Los partidos más chicos — con menos de 100,000 adherentes—definen sus liderazgos y candidatos presidenciales, o alianzas políticas, mediante convenciones o congresos internos donde votan las autoridades del partido previamente electas.

Por ejemplo, el Partido Popular definió, el pasado domingo 16 de julio, que el expresidente Martín Torrijos (2004-2009) sería su candidato presidencial.

Especulación sobre quién irá a la cabeza de una alianza —y quien se “bajará” de su candidatura presidencial— acaparan la discusión política actual. Los resultados de las primarias permiten ver, al menos en números, el respaldo de cada partido a su candidato y dan indicios de cuáles serían las cartas que pondrá cada uno sobre la mesa.

Lo dispuesto en el Código Electoral es que los partidos grandes y chicos deberán definir las alianzas políticas durante el mes de septiembre y formalizar las mismas ante el TE.

Esto significa que los dirigentes de partidos deben tomar esa decisión a siete meses de las elecciones.

En entrevista con Nueva Nación, el candidato del partido Panameñista, Blandon, definió esto como “un acto de fe”. Argumenta que mucho puede pasar en siete meses.


¿Quiénes votan?

Según una encuesta realizada por el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS) en 2021, sólo el 24.2% de los panameños valora positivamente los partidos.

Sin embargo, la adherencia partidista es del 56%.

De las 3,041,086 personas que conforman el padrón electoral preliminar, 1,705,971 están inscritas en partidos políticos.

En notas posteriores explicaremos en qué partes del país hay más adherencia partidista y cuáles parecen ser los bastiones políticos de cada uno de los partidos en cuanto a inscritos y resultados electorales.

Si bien la adherencia es alta, la participación en los procesos de primarias está por debajo de lo usual para las elecciones generales de la era democrática. De los cuatro partidos, el Partido Revolucionario Democrático (PRD) logró la participación más alta, con 60.4%. Realizando Metas (RM) tuvo apenas un 25.8% de participación a nivel nacional.

A todos los partidos les costó movilizar a su membresía en la provincia capital. En los cuatro casos, fue una de las provincias con menos participación.

Los resultados de participación en las comarcas suelen ser de extremos —o muy altos o muy bajos. La realidad demográfica de las comarcas y, en algunos casos, la baja cantidad de inscritos afecta estos resultados.

En notas posteriores analizaremos, de la mano de expertos y basados en data desglosada, qué factores pueden afectar la participación por territorio.


El caso Martinelli

Cuando se celebró la elección interna del partido RM, el expresidente de la República y actual líder de ese colectivo, Ricardo Martinelli, fue electo como candidato presidencial.

No obstante, al momento de su elección interna había un proceso judicial en su contra, el caso New Business, bajo el cual se investigó la compra de la casa editorial EPASA. Luego de la primaria, el pasado martes 18 de julio, el expresidente —junto a otras cuatro personas— fue condenado por blanqueo de capitales en tal caso siendo sentenciado a 128 meses de prisión. Deberá también pagar una multa de $19 millones.

De quedar en firme la sentencia, Martinelli quedaría inhabilitado para correr y ocupar cargos de elección popular, dado que su condena supera los cinco años que establece la Constitución para vedar a alguien de la vida política.

Hoy, su candidatura sigue en firme, pues la defensa del expresidente dijo que apelará la decisión del Juzgado Segundo Liquidador de Causas Penales. Se estima que el proceso podría demorar varios meses más, por lo cual los tiempos serán de suma importancia en su relación al calendario electoral y la fecha de la elección general el 5 de mayo de 2024.


Respeto por las primarias

Durante los dos meses de primarias, el CIEPS tuvo como investigadora visitadora a Flavia Freidenberg, una politóloga argentina experta en los procesos de elecciones primarias y en la selección de candidatos de partidos políticos. Estuvo dos meses en Panamá mientras se desarrollaron las primarias, observando el sistema, llegando a conclusiones sobre sus fortalezas, sus carencias y claros aprendizajes del proceso.

Identificó cuatro principales puntos sobre el proceso de primarias panameñas: la importancia de mantenerlo en la norma, el papel positivo del Tribunal Electoral como ente fiscalizador, el aspecto de la competitividad y la competencia, y el alto costo del proceso. También resalta las carencias en la inclusión de la mujer al proceso.


Análisis del proceso

Freidenberg resalta la capacidad del sistema panameño de hacer procesos de primarias. En su estudio, ha identificado 21 procesos de este tipo desde 1997, ya sean primarias presidenciales o legislativas. Considera que es una cifra “sumamente importante”. Agrega que en el contexto latinoamericano, no son comunes, o no es la norma, llevar a cabo procesos internos. En México, por ejemplo, un sistema democrático con pluralidad de partidos, no se celebran primarias de forma obligatoria.

“Hay que cuidar la norma”, plantea Freidenberg de forma contundente. Valora positivamente la obligatoriedad de hacer primarias presidenciales. Sobre lo contemplado en el artículo 352 del Código Electoral, donde se detalla que es obligatoria para los partidos más grandes, lo califica como una innovación en el derecho comparado.


Capacidad de organización

En segundo lugar, Freidenberg aplaude la labor del Tribunal Electoral como “árbitro” del proceso. La norma, como está ahora mismo, da permiso a los partidos a decidir si jalan de la ayuda del Tribunal para organizar sus procesos.

“Es una potestad de la autonomía de los partidos decirle al TE que organice [y es] un equilibrio muy fino”, argumenta. Resalta que una vez se le pide al TE, lo hace bien y cubren ese espacio o déficit organizacional que pueden tener los partidos a nivel nacional.

Por lo que pudo observar, cuando los partidos se apoyan en el Tribunal para cubrir posibles déficits organizacionales que tengan a nivel nacional, el cambio es notable. La capacitación de los miembros de mesa, el registro de votantes y la observación del proceso son algunos de los espacios de los cuales se apodera el Tribunal para llevar al partido de la mano en su proceso.

En su experiencia, la diferencia de calidad de los procesos que se apoyaron del Tribunal, y los que no, fue significativa.

“Se notó mucho la diferencia en capacitación cuando lo hizo el Tribunal y cuando no lo hizo, como fue el caso del PRD”, dijo.

Resaltó procesos como la logística, el registro del padrón electoral y la transmisión de datos, que, sin el Tribunal, no habrían ocurrido de la misma forma.

La presencia del ente electoral en las primarias explicó, “garantiza toda una dimensión de transparencia y formalización de los procesos”. Tal dimensión, o la falta de ella, es lo que normalmente se le achaca a la toma de decisiones a lo interno de los partidos: que son poco transparentes y poco organizados.

“El Tribunal está cumpliendo una función importantísima” reflexionó.


Democracias internas robustas

Freidenberg analizó también los niveles de democracia interna, pues hacer primarias para elegir al presidente no es suficiente.

Llama a la atención tres dimensiones: la competencia, la competitividad y la inclusión. “Pensar que solo porque hacemos primarias para la presidencial ya somos todos internamente pluralistas, democráticos y competitivos, estamos equivocados”, dice sobre los niveles de democracia interna.

La diferencia entre competición y competitividad la define como la cantidad de candidatos a elegir (competencia) y la diferencia de votos entre los candidatos (competitividad).

En el caso panameño actual, tres primarias tuvieron competencia para el cargo presidencial pero solo dos tuvieron real competitividad.

Un ejemplo de la diferencia entre términos fue la primaria presidencial de RM, donde el partido fundado por el expresidente Ricardo Martinelli celebró una elección para ratificar su liderazgo.

A pesar de ser un “taxi electoral” como lo define Freidenberg, solo salió a votar el 25% del partido y Martinelli recibió el 97% de los votos. Los otros tres candidatos acumularon, entre todos, el 3% restante de los votos válidos. En el caso de RM, incluso, se separaron los procesos. La primaria presidencial se celebró sola. Otro día, casi un mes después, se llevaron los otros cargos a primarias.

El TE movilizó recursos y personal para cubrir los costos que sirvieron para ratificar un liderazgo puntual.

Freidenberg reitera que la celebración de primarias es necesaria, positiva y sana para la democracia panameña. Sin embargo, resalta la importancia de la competencia y la competitividad para medir los niveles de democracia interna.

Aclara, también, que los niveles de competitividad entre la primaria del PRD y la de CD eran claros, y por ende, sus contextos distintos.

La primaria de CD tuvo resultados mucho más apretados.

En el caso del PRD, otros candidatos opositores a la figura del vicepresidente José Gabriel Carrizo —quien se hizo con la candidatura— aseguraban que los aparatos estatales, legislativos y partidistas apoyaban las aspiraciones de él. Estos factores deberían ser considerados al intentar medir la competitividad real de esa primaria.

En el caso del Partido Panameñista, la última primaria en el calendario, celebrada el pasado domingo 23 de julio, Blandón —presidente de ese colectivo— ratificó su candidatura presidencial sin competencia, y por ende, sin competitividad.


Paridad y la válvula de escape

Otro aspecto de la democracia interna que identifica Freidenberg es la inclusión de la mujer en el proceso. En cuanto a la paridad, explica, los partidos están sumamente atrasados en cumplir lo que estipula el Código Electoral. Esto, dice, es consecuencia de una válvula de escape que se mantiene en la norma.

El artículo 373 del Código Electoral estipula que los partidos deberán postular en paridad, con la mitad de los candidatos hombres y la mitad mujeres. Sin embargo, ese mismo artículo detalla que las secretarías de la mujer de los distintos partidos podrán dar un permiso, por escrito, donde se asegure que “no hay mujeres para postular” en la circunscripción correspondiente. Mientras esta excepción a la norma exista, explica Freidenberg, va a ser imposible lograr la paridad.

“Si en la primaria no se cumple con la paridad, que es donde tienen que estar los espacios para la competencia, olvídate que tendrás inclusión en las candidaturas y olvídate que tendrás mujeres electas”, argumenta.

Agrega que es evidente que los partidos no han entendido los beneficios de poner mujeres en las candidaturas y que las cuatro primarias carecen de inclusión de la mujer.

De los 14 precandidatos presidenciales de todos los partidos, solo había una mujer, la diputada Yanibel Ábrego, que aspiraba a lo interno de CD. No obstante, se sabía que Ábrego apoyaría las aspiraciones presidenciales del expresidente Martinelli de lograr la candidatura de su partido.

Preliminarmente, Freidenberg identifica que solo el 20% de las precandidaturas de todos los partidos corresponden a mujeres.

“Las mujeres son la mitad del padrón, son la mitad de las inscritas, son las que están en las mesas, las que organizan en las bases del partido, pero no son postuladas”, reflexiona Freidenberg.

Actualmente, de los 71 diputados en la Asamblea, sólo 14 son mujeres.

A nivel de gobiernos locales, de los 81 alcaldes, solo 16 son mujeres.

Y en corregimientos, de los 688 representantes de corregimiento electos en 2019, sólo 69 son mujeres.

La tendencia se repite elección tras elección. En materia de paridad, falta mucho para que las mujeres aspiren y lleguen a cargos de elección popular.

“Las primarias son procesos muy importantes, pero aún hay áreas de oportunidad para generar cambios o reformas que permitan hacerlas más democráticas”, concluye.


Los costos

La última reflexión sobre las primarias panameñas de hace Freidenberg es el costo de estas. Antes de iniciado el proceso, el director de Organización Electoral, Osman Valdés, estimó que todos los procesos de primarias tendrían un costo de $10.5 millones. Una alternativa que plantea Freidenberg es que se hagan de forma simultánea. Es decir, todas las primarias se celebran el mismo día y los militantes de cada partido asisten a los centros de votación para votar por los candidatos de sus partidos.

Hay mucha crítica hacia las instituciones, hacia los liderazgos […] el principio de austeridad en la política es algo que deberíamos atender nosotros antes de que venga alguien con un discurso autoritario a buscar cambiarlo”, considera Freidenberg.

En general, la politóloga basada temporalmente en el CIEPS considera que el peso de las primarias es evidente en la política panameña y que es una demostración de un sistema democrático que evoluciona y busca reinventarse. Como dijo anteriormente a Nueva Nación el politólogo Harry Brown, “la ciudadanía valora las primarias”.

Finalmente, Freidenberg resaltó la importancia que tienen las primarias en el panorama de conformación de alianzas, situación que está comenzando a desarrollarse y deberá estar definida para finales del mes de septiembre.