Perspectiva Nacional: Un análisis de la realidad país

Trump y el Canal

El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha desafiado la posesión panameña del Canal de Panamá, forzando a la Cancillería panameña a actuar y haciendo de su respuesta crucial para la estabilidad nacional.

Tras la insistencia de Trump sobre el tema del Canal, Panamá busca una posibilidad de negociación. Si bien lo que más preocupa es la presión política de Estados Unidos, genera ansiedades —no injustificadas— de un hipotético esfuerzo por la toma del Canal.

La retórica de Trump ha reavivado divisiones entre quienes apoyaron la presencia estadounidense en el país, los beneficiarios de la era posterior a la salida de los Estados Unidos y los sectores anti-estadounidenses.

Y el debate avivado por Trump expone las opiniones contradictorias que muchas veces existen dentro de una sola persona: la defensa de la soberanía y el sentimiento de abandono y desconexión por las autoridades.

Tal debate también expone la falta de comprensión pública sobre el papel económico del Canal de Panamá, exacerbada por la desigualdad.

Además, existe la posibilidad de vínculos entre Trump y el interés minero en Panamá, con el liderazgo de First Quantum reportando acercamientos al líder estadounidense para asegurar su posición en el país.

Existen múltiples escenarios, muchos peligrosos, desde Panamá otorgando concesiones comerciales o portuarias a empresas de los Estados Unidos a cambio de apoyo migratorio en Darién o que el país sea presionado para convertirse en un centro de procesamiento de migrantes, como ha sugerido Trump.

Pueden leer nuestro análisis de la situación canalera previa a la visita del secretario estadounidense Marco Rubio aquí.

Seguro

El debate sobre la reforma de pensiones ha sido eclipsado por la situación con Trump, aunque el aumento escalonado de la edad de jubilación sugiere que su aprobación es probable. La Asamblea Nacional avanza, algo lento, con el debate.

En el caso de que se apruebe una versión radicalmente distinta a aquella propuesta por la administración de José Raúl Mulino, el Gobierno Nacional podría luego responsabilizar a la Asamblea Nacional o la ciudadanía por sus efectos negativos.

La reforma de la Caja expone desigualdades sistémicas: se prometieron beneficios tras la reversión del Canal, la población ha sacrificado sin recibir retornos reales y ahora se les exige trabajar más sin garantía de una jubilación digna.

Además, la confianza en la mejoría del sistema de pensiones y en una reducción del costo de vida es baja, lo que podría aumentar la insatisfacción económica y provocar protestas.

Migración

Albergues para migrantes en Darién han sido discutidos desde antes de 2015, pero este esfuerzo nunca se avanzó, con el país careciendo aún de infraestructura para enfrentar grandes movimientos de personas. Esto de cara a un agravamiento de la crisis en Venezuela y un desplazamiento en el norte de Colombia, factores que hacen posible un aumento regional de la migración irregular.

El país carece de un sistema estructurado de procesamiento para estas personas y no está políticamente preparado para una integración a gran escala, negando los beneficios económicos de la migración ordenada, entre ellos, la expansión del mercado interno.

La mayoría de los migrantes irregulares que pasan por el país hoy día no pretende quedarse en Panamá, aunque se estima que aproximadamente solo un tercio logra llegar a Estados Unidos, mientras que el resto se regresa o asienta en otros lugares.

Los flujos migratorios dependen en gran medida de las políticas fronterizas de Estados Unidos y aunque la resistencia sigue siendo fuerte, la tendencia global es cada vez más migratoria. Panamá necesitará de un enfoque humanitario, independientemente de la postura política.

Déficit

El déficit del gobierno central de Panamá supera los $5,000 millones anuales, financiado principalmente con nueva deuda.

Para administrar el flujo de caja, los gobiernos han retrasado pagos a proveedores, de cara a peticiones de mayor transparencia en el seguimiento de los ingresos y gastos públicos.

Se diseñaron anticipos de impuestos para estabilizar la recaudación, pero no han resuelto los problemas estructurales de gasto y pago. Y la falta de confianza en el uso de los impuestos hace que la reforma fiscal sea políticamente inviable.

Entre las soluciones están recortar la planilla estatal —políticamente improbable— o mejorar de forma exponencial la eficiencia del empleo público.

Y dado que el estado actúa como empleador de último recurso ante la incapacidad de la economía de generar empleos formales en el sector privado, probablemente se requerirá de incentivos al emprendimiento y programas de empleo para estimular la contratación formal.

Mientras tanto, el programa de empleo juvenil de Mulino enfrenta retrasos en los pagos, lo que agrava la frustración pública.

Minería

Existe una probabilidad significativa de que el Gobierno Nacional negocie con First Quantum para reabrir la mina. La empresa se ha apoyado en múltiples estrategias para avanzar su interés, entre ellas, buscar el apoyo de Trump, quien se distingue por su estilo transaccional.

Por su lado, la administración del presidente Mulino se encuentra frustrada ya que el retraso en el proceso de reforma de la ley orgánica de la Caja de Seguro Social ha postergado el debate sobre la cuestión minera y los ingresos que su resolución traería al Tesoro.

En contexto, la creciente demanda global de cobre ejerce presión para la reapertura en Donoso, pero Panamá no está estructuralmente preparada para ser un país minero debido a su debilidad institucional y los riesgos ambientales.

Una de las estrategias discutidas para poner en operación la mina sería permitir su reapertura a corto plazo con un plan de cierre estricto. Para ser efectivo este plan, el mismo debe venir acompañado de una moratoria minera más robusta y una negociación que busque el máximo beneficio económico para Panamá.

Se ha sugerido que alternativas como la propiedad estatal o asociaciones estratégicas podrían ofrecer un mayor control sobre los recursos nacionales.

Al márgen de cómo suceda, es altamente probable que la reapertura de la mina provoque malestar social y desafíos legales a su operación. Grupos sindicales y ambientalistas ya han anunciado que estarían en contra de la activación de la misma.

Agua

El conflicto entre el agua potable y el agua para el Canal se intensificará. El Canal ha declarado que sus proyectos tienen como prioridad el consumo humano, pero existe escepticismo entre la población.

De agotarse las reservas, Panamá enfrentará una crisis real, y el acceso al agua potable deberá priorizarse sobre las operaciones del Canal, como lo establece la Constitución.

Para reducir la dependencia del suministro estatal, se han propuesto medidas como la instalación de tanques de almacenamiento y sistemas de filtración en edificios, subsidios gubernamentales para tanques autónomos para hogares y en general el fomento de la recolección descentralizada de agua.

En cuanto a la inundación del reservorio en Río Indio —entre el Lago Gatún y la mina de cobre— las autoridades del Canal han realizado consultas comunitarias, con algunos residentes sintiendo impotencia ante un traslado que consideran inevitable.

La ocasión merece el desarrollo del periodismo comunitario en el país para documentar el proceso y escuchar las voces de los trasladados. Atención particular debe prestarse a las lecciones del pasado detalladas en la obra Erased de Marixa Lasso, que retrató mediante material histórico los traslados necesarios para inundar el Lago Gatún.

La sostenibilidad de la vía cobra aún más relevancia en el contexto de la presión estadounidense por revisitar las condiciones de la ruta.

China

La influencia de la República Popular China en Panamá es una realidad innegable en el corto plazo, lo que hace necesario un enfoque estratégico que equilibre las relaciones con ambos países, una tarea compleja.

Aunque Panamá se beneficiaría económicamente de sus lazos comerciales con China, también enfrenta riesgos significativos en un contexto donde Estados Unidos está reforzando su interés estratégico sobre Centro y Suramérica. Y en la medida que no se materialicen estos beneficios, la relación con China podría terminar siendo un costo.

Cabe recordar que el acercamiento al gigante asiático fue gestionado de manera opaca, sin consulta pública previa ni aval democrático. Fue una decisión tomada en secreto y no dio tiempo a una preparación para afrontar sus consecuencias. Un ejemplo claro de esta falta de planificación fue la salida abrupta de estudiantes panameños en Taiwán.

Y en el trasfondo, está un modelo autoritario chino que genera preocupaciones en materia de derechos humanos, espionaje e infiltración, aunque es importante recordar que Estados Unidos tampoco tiene un historial inmaculado en este aspecto.

El mayor desafío para Panamá radica en la creciente incompatibilidad de mantener relaciones activas con ambas potencias. A medida que la administración de Trump intensifique su política de contención contra la expansión china en la región, los márgenes de maniobra para países como Panamá se reducen.

Así, lo que en teoría iba a ser una estrategia de diversificación comercial se ha convertido en un dilema geopolítico, donde cualquier acercamiento con Beijing puede traducirse en represalias diplomáticas o comerciales por parte de Estados Unidos.

Política

La situación política dentro del país está colmada de incertidumbre.

Ante todo, la situación legal de expresidentes acusados de corrupción sigue sin resolverse, debido a demoras procesales en algunos de los principales casos que lleva el Ministerio Público. Esta falta de resolución impacta la previsión política a futuro, dificultando la formalización de nuevas alianzas y liderazgos.

En cuanto a estos nuevos liderazgos, Juan Diego Vásquez se destaca, con un fuerte arraigo popular en las áreas urbanas del país, pero enfrenta turbulencia dentro de su propio movimiento, que incluye la coalición Vamos, debido a tensiones internas entre leales y opositores, algunos con ambiciones políticas propias.

La coalición Vamos se ha destacado por llevar una parte importante de las discusiones relacionadas a la reforma de la Caja de Seguro Social, elevando su reputación en el escenario político. La decisión en torno a la Caja pondrá a prueba la fortaleza de la coalición, pues dudas sobre si votarán en bloque o no podría agravar las diferencias.

En general, se percibe una sequía general de liderazgo, ya que la mayoría de los políticos hoy día parecen priorizar sus intereses personales sobre el desarrollo nacional, una realidad ineludible para los esfuerzos de reforma nacional.

La capacitación de nuevos líderes requiere de tiempo, por lo que el país deberá enfrentar los retos a corto plazo con lo que hay.

Futuro

Panamá se encuentra en un punto de inflexión donde las presiones externas e internas exigen respuestas estratégicas y audaces, pero sobre todo, inmediatas.

La disputa sobre el Canal, la incertidumbre fiscal, y el debate minero revelan una nación que aún busca definir su rumbo con claridad y firmeza. Mientras tanto, una creciente tensión entre pragmatismo y principios seguirá moldeando el panorama político, obligando a las autoridades a equilibrar las relaciones internacionales, la defensa de la soberanía y el bienestar ciudadano.

A pesar de los desafíos, el país conserva importantes márgenes de acción, pero solo si logra canalizar el descontento en soluciones viables y así fortalecer su capacidad institucional en el mediano plazo.

La estabilidad nacional dependerá de la voluntad política para adoptar reformas realistas, de la inteligencia para negociar con actores internacionales sin perder autonomía y, sobre todo, de la capacidad de la sociedad panameña para exigir un liderazgo que mire más allá del corto plazo.


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