Cómo diagnosticar el problema educativo

Cómo diagnosticar el problema educativo

Día a día, en medios, en conversaciones y en la sociedad en general vemos —a plena luz del día— síntomas de un sistema educativo deficiente y que carece de efectividad. A inicios del año escolar, cientos de miles de estudiantes vieron su comienzo de clases demorado por retrasos en el proceso de nombramientos. Constantemente leemos reportes de escuelas con problemas de infraestructura, de protestas docentes y resultados negativos en pruebas.

Incluso, con el cambio de gobierno, la nueva ministra de Educación, Lucy Molinar, ha ventilado reiteradas veces en medios todo lo que está mal de la gestión que hereda, dónde se dejaron de hacer cosas y qué carencias, a su juicio, arrastra el sistema.

Como todo paciente, al ver los síntomas se debe hacer un diagnóstico, pues sin diagnóstico no se puede tratar. Se han hecho decenas de estudios a lo largo de los años, algunos más específicos que otros. De esos estudios, se han generado planes y programas, algunos implementados y otros no.

Desde Nueva Nación intentaremos afinar un poco ese diagnóstico, actualizarlo a la realidad y el contexto actual, y dar voz a expertos empapados en el tema, así como también analizar la data que existe.

Hablamos con dos expertas en materia de educación quienes identificaron varios de los principales problemas y retos del sistema educativo. Vamos a enfocarnos en tres: contratación y capacitación docente, contenidos educativos y bienestar estudiantil. Además, veremos cómo la falta de estadística recurrente y confiable permea el sistema a todos los niveles y se entrelaza con cada uno de estos macro-problemas.


Nombramientos

Para Ileana Golcher, experta y consultora en educación, la burocracia que existe para los nombramientos de docentes es excesiva. Considera que se debe modificar, de forma urgente, la Ley Orgánica de Educación para subsanar esos procesos. “Los sitios de conflicto están identificados pero falta verdadera voluntad de ejecución,” dijo a Nueva Nación.

En una entrevista en Omega Stereo de marzo pasado, la exministra de educación, Maruja Gorday de Villalobos, explicó que cada nombramiento docente puede requerir entre 32 y 40 pasos administrativos.

“No te puedo decir dónde está la traba,” respondió a una pregunta sobre el proceso. “Me concursan 29 mil personas para tres mil posiciones y se hace mucho trabajo manual,” agregó. Dijo que evidentemente se deben agilizar procesos y lo calificó como “una tarea pendiente” que deja su administración.

Molinar, por su parte, dijo a pocos días de tomar posesión de su cargo que identificaron que entre enero y julio de 2024 se hicieron más de siete mil movimientos de personal. Esa cifra incluye traslados internos y contrataciones.


Sobreoferta

Por su parte, Mariana León, coordinadora general del consejo del Compromiso Nacional por la Educación (Copeme) e investigadora educativa para Centro de Investigación Educativa de Panamá (CIEDU), también considera que hay una sobre-oferta de docentes. La mayoría de quienes se forman como docentes se gradúan de la facultad de Educación de la Universidad de Panamá. Además, cuestiona si el sistema de ponderación y puntaje que se utiliza actualmente es el más óptimo para elegir quienes se hacen con los puestos de trabajo.

Según cifras de la Universidad de Panamá, entre 2012 y 2022 se graduaron más de 17,000 personas de la facultad de Ciencias de la Educación. En promedio, por año se gradúan unas 1,600 personas de esa facultad. Si bien hay bastantes licenciaturas y profesorados, es evidente que se gradúan muchas personas para suplir un sistema finito. Esto, tomando en cuenta que la facultad de la Universidad de Panamá no es la única graduando potenciales docentes.

Fuente: Universidad de Panamá, El Tabulario

En una edición anterior analizamos la cantidad de docentes que trabajan en el sistema. En total son alrededor de 60 mil docentes en todo el país. De esos, unos 44 mil son parte del sistema oficial.


Capacitación

León divide la calidad docente en dos vías: la formación inicial y la capacitación continua. Sobre la formación inicial, considera que se debe evaluar qué se le enseña a quienes aspiran a ser docentes, cómo están estructuradas esas carreras y si verdaderamente se gradúan con las capacidades necesarias y la resiliencia para ocupar los cargos.

“¿Quiénes deciden ser docentes, quiénes son las personas que son motivadas a ser docentes? Y, cuando deciden u optan por la carrera, ¿qué tipo y qué calidad de formación reciben?” se pregunta.

Un estudio diagnóstico elaborado por CIEDU, titulado “Cómo aprenden quienes enseñan”, se basó en entrevistas con docentes y otra información cuantitativa para crear recomendaciones. En el documento se plantean los hallazgos y se comparan con las aspiraciones de los docentes para cada punto.


Claves

Algunas de las recomendaciones clave contemplan una revisión de la capacitación que reciben para que ésta sea a largo plazo e incluya la retro-alimentación y la reflexión docente. Además, se enfatiza en la necesidad de capacitación con mentorías y un balance de formación en competencias pedagógicas, de contenido y tecnológicas.

León explicó que actualmente la capacitación continua requerida se concentra en una semana al año donde se tratan distintos temas, lo cual es insuficiente y no genera el acompañamiento necesario. Si bien se han creado planes piloto para hacer cambios, los mismos no han sido implementados en su totalidad y no se tiene conocimiento de los resultados.

“Los docentes son los que realmente tienen el poder de alterar esa predisposición social que sucede con los estudiantes,” explicó León a Nueva Nación. “Hay que priorizar no solamente la formación inicial sino también cómo podemos seleccionar a los mejores para que estén en los lugares donde más se necesita que estén,” dijo.


Gremios

Hablar de la situación de los docentes, e incluso de la posibilidad de implementación de programas y planes, es hablar de los gremios docentes y magisteriales. Históricamente, la relación entre los gremios y el Meduca ha sido complicada. Puntualmente, durante la gestión anterior de Molinar (2009-2014) la relación fue tensa, con huelgas y paros. Esa tónica se mantuvo durante los dos quinquenios siguientes.

Golcher considera que hay mucho que se desconoce sobre los porcentajes de afiliación a gremios. “Se visualizan entre sí [—el Meduca y los gremios—] como bandos en eterno conflicto entre quienes pueden paralizar el sistema y quienes pueden negociar prebendas con los gremios,” analiza.

En notas posteriores nos adentraremos a conocer mejor los gremios docentes, quiénes los lideran y cuáles son sus posturas.

Estadística

Ambas expertas coinciden que no hay información actualizada ni estandarizada sobre las cifras educativas. En el pasado, incluso la exministra Gorday de Villalobos admitió que los sistemas informáticos a lo interno del Meduca “no se hablan entre sí”, por lo cual las cifras varían en cuanto a matrícula, docentes y planteles.

Golcher considera que la recopilación de datos estadísticos oportuna, científica y completa es necesaria para la toma de decisiones basada en planificación estratégica. León coincide, y considera la falta de información actualizada y fidedigna uno de los problemas medulares del sistema.

Desde Nueva Nación lo hemos notado al intentar extraer y analizar los datos. La realidad es que la falta de estadística actualizada permea y afecta todos los otros problemas identificados, pues al no poder diagnosticar correctamente el problema, se pierde contexto al intentar llegar a soluciones.


Contenidos

Más allá de quienes enseñan, hay un aspecto clave del sistema y es qué se enseña. Los resultados de pruebas estandarizadas demuestran que los estudiantes panameños a distintos niveles tienen carencias en prácticamente toda las áreas; las más alarmantes siendo matemática básica y lectura comprensiva.

Para Golcher, la prioridad número uno de la nueva administración debe ser una transformación del enfoque y los contenidos en los planes y programas de estudio en todos los niveles. “Hoy día tenemos planes de estudio basados en la realidad del siglo XIX, con educadores formados con metodologías del siglo XX y estudiantes rodeados de estímulos y recursos tecnológicos del siglo XXI,” analiza.

Describe el desfase que existe entre lo que se enseña y lo que se debería enseñar como “la tormenta perfecta para mantener la precariedad del sistema”.

Como mencionamos en la edición anterior mencionada, todo indica que la transformación curricular —su segundo intento de implementación— será una de las principales metas de la ministra Molinar. En el pasado, la implementación generó sobresaltos con los gremios docentes y nunca pudo ser ejecutada en su totalidad. Priorizar los cambios y llevarlos adelante podría, y debería, según expertos, ser una prioridad.

Otros expertos plantean unificar bachilleres, simplificar la cantidad de ofertas que se dan a nivel nacional y asegurarse que las bases con las que se gradúen los estudiantes sean sólidas y abarquen todo tipo de materias.


Compromiso

Cómo se aborde esa transformación curricular y el consenso que se pueda lograr alrededor de la misma será clave. El Compromiso Nacional por la Educación, elaborado en 2017, es una hoja de ruta sobre cambios al sistema educativo que se creó en consenso con los distintos sectores y que además es ley de la república. León, quien actualmente funge como coordinadora nacional del Copeme, considera que es ahí donde hay cambios establecidos a implementar.

“El Copeme trasciende gobiernos, pues no es que tal ministro quiere o no quiere hacer sino que siempre podemos regresar a un documento de referencia que es producto de consensos,” explicó.

La meta de transformar los contenidos educativos para adecuarlos a las necesidades actuales y generar una educación equitativa para todos los estudiantes del país está contemplada en el compromiso. Su implementación es responsabilidad del Meduca, pues el consejo del Copeme fiscaliza, más no ejecuta.


Bienestar

El tercer reto identificado es asegurar el bienestar estudiantil en los planteles oficiales. Si bien se trata de un tema amplio y menos concreto que los otros dos, León lo identifica como una necesidad clave para hacer funcionar los planteles, retener a los estudiantes y asegurar que la educación que reciben sea fructífera.

La propia ministra Molinar ha dicho, reiterada veces, que una de sus metas es devolver la cultura de alegría a los planteles educativos y que sean lugares donde los estudiantes y docentes quieran estar.

Golcher lo analiza de forma general, pues considera que el sistema oficial “carece en su totalidad de recursos, cultura de innovación y creatividad”. Agrega que si bien existen casos de éxito en el sistema, “no hay voluntad para compartirlos y mejorar el auto-estima de la comunidad educativa”. A su parecer, es un tema cultural generalizado.


Puntuales

Hay varios aspectos que afectan el bienestar educativo. Algunos de los que identifica León incluyen la necesidad de transporte, las comidas en los planteles y las necesidades socioemocionales de los estudiantes. En términos generales, explica que, cada vez más, los estudiantes tienen necesidades educativas especiales que requieren ser abordados de forma integral por el sistema.

Sobre el transporte, León explica que si los planteles están muy lejos de las comunidades y el llegar a la escuela se vuelve un reto, tanto de tiempo como económico, el costo beneficio de terminar la educación media deja de ser prioritario o atractivo para las familias.

En teoría, los planteles oficiales deben poder darle una comida al día a cada estudiante. Esto, explicó León, varía mucho de plantel en plantel, pues algunos cuentan con los recursos y otros no. En algunos, se le da comida solo a los estudiantes que dicen necesitar el apoyo nutricional y en otros se dan comidas solo una vez por semana.

Estudios identifican que la alimentación es clave en la capacidad para aprender y retener información.

Finalmente, habla de la necesidad de instaurar los gabinetes socioemocionales a nivel nacional y que estos tomen la tarea de tratar psicológicamente a todos los estudiantes que lo necesiten. La administración pasada intentó crear los gabinetes pero no lograron el volumen necesario para llegar a su meta de cobertura. León explicó que en algunos casos hay una sola trabajadora social, con contadas psicólogas, que deben atender a 10 escuelas, por lo cual es muy difícil dar atención a tantos niños si no se cuenta con el recurso humano especializado.


Piezas

Si bien hemos identificado algunos de los principales problemas del sistema, hay muchas otras piezas que deben mejorar para que se de una educación de calidad y equitativa al estudiantado en general.

Por ejemplo, Golcher identifica carencias administrativas como la falta de fiscalización y planificación de los fondos educativos, particularmente el Fondo de Equidad y Calidad de la Educación (FECE). El mismo se nutre de parte del seguro educativo que pagan los contribuyentes. En una edición posterior, estaremos explorando a mayor detalle el FECE y sus usos.

León también habla de la importancia de la educación temprana y el acceso a planteles de preescolar a nivel nacional. El tema de cobertura también es uno que trataremos a fondo en una posterior, basándonos en la información estadística que ha publicado el Meduca.


Retos

Los retos a tratar en materia educativa son muchos y deben ser abordados de forma completa, por distintos bandos y a la misma vez.

La relación del ministerio con los docentes, los estudiantes y los padres de familia es sumamente importante, pues es la legitimidad que le da el consenso lo que permitirá hacer cambios profundos y duraderos.

Más allá de las decisiones que pueda tomar puntualmente la ministra de Educación y su equipo de trabajo, es la elaboración, implementación y el seguimiento a políticas públicas contundentes lo que generará cambios necesarios.

Tener el diagnóstico no es suficiente.