Perspectiva: Confianza rota


Embajada

La primera conferencia del nuevo embajador de Estados Unidos en Panamá, Kevin Marino Cabrera, dejó poco espacio para la ambigüedad: Washington ve a China como una presencia «maligna» en Panamá.

Su intervención estuvo marcada por elogios al gobierno panameño por iniciar una auditoría a PPC —propiedad de la hongkonesa CK Hutchinson— y por lo que llamó su liderazgo regional: Panamá fue el primer país del área en suscribirse al sistema de Ruta de Seda de China, y el primero en salirse de ella. El énfasis fue claro: contener a China.

Además, el embajador aprovechó la conferencia de prensa para declarar que “tener una visa [estadounidense] es un privilegio, no un derecho”, implicando la utilización del acceso físico continuo a Estados Unidos como una herramienta en el avance de su agenda.

Dejó claro, además, que en sus escasos días en Panamá, había conversado “múltiples veces” con el presidente José Raúl Mulino y miembros de su gabinete, parte del proceso de alineación entre los dos gobiernos.

 

MOU

El embajador buscó desinflar el debate sobre el Memorando de Entendimiento (MOU) firmado entre ambos países, reiterando que el documento no contempla el establecimiento de bases militares y que las acciones estadounidenses en el país ocurrirían con el consentimiento de Panamá.

A preguntas sobre las diferencias entre los comunicados sobre el MOU emitidos por Panamá y Estados Unidos, indicó que son idénticos, pese a que el Departamento de Defensa estadounidense aún no ha corregido la omisión de una línea clave sobre la soberanía panameña en su versión del comunicado, publicado en su sitio web.

Aunque todo el proceso hasta ahora ha sido uno de acuerdo entre los dos países, no se puede omitir el contexto precedente a la firma: visitas consecutivas de altos funcionarios estadounidenses, declaraciones agresivas por parte del presidente estadounidense Donald Trump, y una campaña sostenida de desinformación sobre la influencia china en el Canal de Panamá.

Aunque tanto el embajador como Mulino buscan enmarcar lo acordado como el resultado de una armónica cooperación, el contexto de presión y desinformación en el que ocurrió todo es una realidad.

 

Reacciones

El presidente Mulino replicó al día siguiente que no se han cedido bases, que el acuerdo no es perpetuo y que puede ser terminado unilateralmente por Panamá. También denunció la politización del tema, acusando a opositores políticos de firmar documentos llenos de mentiras mientras omiten sus propios acuerdos pasados con Estados Unidos.

Esto probablemente es en referencia al expresidente Martín Torrijos, quién firmó una declaración que crítica el MOU a pesar de que su propio gobierno firmó dos de estos instrumentos, permitiendo también la presencia de la fuerzas militares estadounidenses en el país. Un mensaje similar incluyó Marino Cabrera en sus declaraciones.

Mulino también dijo, en tono quejoso, que los panameños interpretan todo en contra del interés nacional, revelando una frustración con el escepticismo popular hacia él y su gobierno. Pero, nuevamente, su esfuerzo por reenmarcar la situación choca con la experiencia colectiva y la memoria histórica.

 

Orden

Consultado sobre las protestas sociales en aumento, Mulino se reafirmó: el orden público debe mantenerse. Insistió en que la libre protesta y el libre tránsito son derechos equivalentes, pero dejó claro que bajo su liderazgo la carretera Interamericana no se va a cerrar. Sobre los distintos temas en la palestra, como la nueva ley de la Caja de Seguro Social, aseguró que no hay nada que dialogar.

El ingreso de la policía motorizada a la Universidad de Panamá esta semana impactó definitivamente la ilusión de la autonomía universitaria, marcando un punto de quiebre. Aunque el presidente pidió disculpas por su forma de expresarse, la represión no ha cesado, las marchas se multiplican y las partes responden con intransigencia.

Además, el jueves en la tarde, la Policía Nacional y la Caja de Seguro Social informaron que una niña de cuatro años había sufrido una fractura de cráneo al ser golpeada por una piedra mientras circulaba en un vehículo con su madre por los predios de la Universidad, en la vía Transístmica.

El presidente Mulino fue a visitar a la niña el viernes y la presidencia publicó un video de Mulino haciendo un llamado a la protesta pacífica y asegurando que no toleraría la violencia. La Fiscalía abrió un caso para investigar y encontrar a los responsables.

 

Capacidad

Mientras tanto, el sistema político muestra signos de agotamiento. Sin legitimidad política propia y con el poder simbólico de su patrón político desvaneciéndose, Mulino parece gobernar por inercia legalista.

Se escuda en tecnicismos constitucionales para no actuar políticamente, mientras el país se desliza hacia una crisis. La falta de resultados y la creciente dependencia del garrote como la única herramienta de poder agravan su posición.

 

Futuro

La estrategia de Estados Unidos es clara: desplazar a China. La estrategia de Panamá, en cambio, es reaccionar. Lo que antes se firmaba con diplomacia hoy se impone con presión. Y lo que antes se negociaba con visión ahora se cierra por agotamiento.

La población, centrada en sobrevivir, ve en las protestas un aumento de la incertidumbre. Y el país avanza —lento, sin pausa— hacia un umbral donde la narrativa oficial ya no basta para sostener el orden.

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