Estrategia diplomática: un compás descalibrado

El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca ha significado una aceleración de los cambios y retos geopolíticos que vienen impactando al mundo desde hace décadas. Su diplomacia de la incertidumbre y su estilo de confrontación —incluso con sus aliados— genera un ambiente de tensión y reordenamiento no solo en Panamá, sino en todo el mundo.

Panamá, foco de ataques y mentiras por parte de la administración Trump en torno al tema canalero, ha estado en el centro de la discusión. Aunque tal vez no podamos verlo desde aquí, las tensiones diplomáticas que vivimos en torno a Estados Unidos y China —sumadas a la incertidumbre que rodea las concesiones portuarias y de logística— son un claro ejemplo del reordenamiento mundial que avanza.

Y con el reordenamiento andando, surge la pregunta. ¿a dónde debe mirar Panamá? ¿Qué opciones comerciales, diplomáticas y de inversión existen? ¿Hasta dónde será lo más sensato apostar por la vía de Estados Unidos dado lo errático de la administración Trump?

 

Mensaje

Luego de la firma de un controversial memorando de entendimiento entre el ministerio de Seguridad Pública de Panamá, de la mano del ministro Frank Ábrego, y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, liderado por Pete Hegseth, el gobierno panameño ha cerrado filas con un mensaje: el Canal es de Panamá y lo seguirá siendo.

Además, aseguran una y otra vez que lo firmado no compromete la soberanía nacional. Esto, a pesar de que distintos expertos aseguran que sí y agregan que incluso el acuerdo sobre los peajes del Canal podría comprometer el cumplimiento del Tratado de Neutralidad, herramienta calificada como “la mejor arma de Panamá” para enfrentar el conflicto.

 

Amigos

Otro mensaje clave del gobierno de Mulino —y que en retrospectiva ha sido la tónica de Panamá desde el primer momento de esta crisis— es que Panamá y Estados Unidos son amigos. Es la relación bilateral más importante que tiene el país.

Así lo dejó claro Mulino desde Perú luego de la visita de Hegseth. “A Panamá no le conviene la imagen de un país en controversia con los Estados Unidos,” dijo ante mandatarios de la región. Agregó que hay que “manejarse con prudencia”.

Recientemente, en un podcast, el presidente expandió: “Para beneficio de este país, no puedes proyectar un buen Panamá, abierto a negocios, abierto a la inversión extranjera, teniendo al país en una guerra mediática, de confrontaciones, de dichos y aclaraciones [con los Estados Unidos],” dijo.

“Cuando la gente percibe que en Panamá hay un pleito con los Estados Unidos, se van,” manifestó. Mulino apuesta al aumento de la inversión estadounidense en Panamá, asegurando que las puertas están abiertas y la disposición para atraer empresas norteamericanas es más real que nunca.

También hizo referencia a las circunstancias de la década de 1980, antes de la invasión, cuando sanciones económicas contra el régimen de Manuel Antonio Noriega resultaron en una crisis económica sin precedentes para Panamá.

El presidente, durante ese tiempo miembro de la Cruzada Civilista en representación del sector empresarial, es claro en su mensaje: discordia con los Estados Unidos solo puede traer inestabilidad.

 

Nuevo

Por su parte, el nuevo vicecanciller, Carlos Hoyos, quien llega a la Cancillería luego de la repentina salida de Carlos Ruíz-Hernández, se mostró optimista por el futuro de las relaciones con la potencia norteamericana.

Al preguntarle sobre la llegada del nuevo embajador de Estados Unidos en Panamá, Kevin Marino, dijo que su expectativa es que la relación continúe siendo importante. “Nos unen profundos lazos de amistad y estamos seguros que se desarrollará con esa naturaleza. Pensamos que el embajador va a encontrar un país amigo, respetuoso del derecho, un país, por su puesto, soberano,” dijo ante los medios esta semana.

 

Postura

Para el abogado y analista Rodrígo Noriega, el gobierno de Mulino parece estar experimentando una “disonancia cognitiva” cuando se trata de la relación con Estados Unidos. Plantea que quienes están hoy al mando del gobierno estadounidense, no son iguales a los que han estado en el pasado.

“La actual élite empresarial y política no necesariamente representa los valores de todos los estadounidenses,” planteó Noriega en entrevista con Nueva Nación. Argumentó que el presidente Mulino “sobredimensionó” su propia experiencia en cuanto a las relaciones con Estados Unidos.

Desde el principio de esta crisis, en Nueva Nación hemos planteado que el contexto político que rige la administración de Donald Trump no puede ignorarse. Las reglas del juego han cambiado, los canales diplomáticos se han reconfigurado y el entendimiento mutuo, de los hechos y de las formas, está sobre la mesa.

 

Solitario

Una de las frases clave del presidente Mulino —que resuena como evidencia de su estrategia diplomática, o su falta— es: “En la arena internacional, yo no necesito compañeros de viaje para defender nuestro interés nacional […] Yo no necesito compañeros de viaje de ningúna índole para este caminar,” según dijo en febrero pasado.

Estas declaraciones se dieron luego de la visita del Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a Panamá y luego de la primera llamada telefónica con Hegseth.

La postura solitaria que adoptó el presidente generó críticas. No era la estrategia lógica que expertos decían podría adoptar Panamá ante la arremetida diplomática.

 

Apoyo

Las muestras de apoyo de otros países hacia la causa panameña y la defensa de su soberanía y su Canal han sido escasas y sueltas. Distintos mandatarios se han referido al tema pero Panamá no ha liderado un esfuerzo —al menos no abiertamente— para elevar el tema a la palestra multilateral.

“El presidente Mulino no ha buscado apoyo ni palanca,” dijo Noriega. Asegura que la puerta estaba abierta con otros países que experimentaron ataques similares de parte de Trump como Dinamarca, con la amenaza a Groenlandia, y México y Canadá, con la guerra comercial.

Otros expertos coinciden. En el programa radial de análisis diario de Omega Stereo, En Perspectiva, distintas personas llevan semanas abordando el tema. El expresidente Ernesto Pérez-Balladares se refirió a lo firmado y a las decisiones tomadas. “Tenemos que hacer un esfuerzo, que no se ha hecho, por lograr el apoyo multilateral,” dijo.

 

Tratado

Sobre qué mensaje debía elevarse en los foros multilaterales, la abogada y experta en educación Nivia Castrellón planteó, también en el programa En Perspectiva, su visión. “Para Panamá es muy importante arroparse con nuestro Tratado de Neutralidad,” dijo. Insiste que el mensaje debe ser que Panamá cumple en su totalidad con el Tratado.

Sobre la posibilidad de una estrategia más consolidada, asegura que evidentemente sería ideal que la Cancillería la tuviera. “Ojalá nuestros embajadores, en cada uno de los países donde tenemos representaciones diplomáticas, tengan el mismo mensaje,” planteó y agregó que “cada vez que nosotros demostramos al mundo que Panamá cumple con el tratado, blindamos un poquito a Panamá”.

 

Difusión

Castrellón considera importante exportar el mensaje panameño en torno a esta crisis. Ella, personalmente, ha escrito artículos en medios internacionales que plantean su visión y el mensaje ya mencionado.

Por su parte Noriega cuestiona que no se haya impulsado una campaña comunicacional y de información por parte de Panamá hacia medios internacionales en torno a la realidad canalera.

“El presidente Mulino no hizo ningún esfuerzo por traer periodistas […] Había periodistas allá defendiendo a Panamá, como locos, solitos,” dijo. Cuestiona que no se haya hecho un esfuerzo por mostrar, de manera institucional, el manejo del Canal y traer a periodistas para que conocieran Panamá desde nuestra perspectiva.

Castrellón, similarmente, plantea la importancia de hablarle al pueblo estadounidense, el cual, a su juicio “no es solamente un presidente que tiene un periodo de cuatro años”. Se refirió también a la data que existe sobre el Canal, y la oportunidad que hay para hacerla pública y darle a entender al mundo que Panamá cumple con los términos del tratado.

Incluso, insiste que es responsabilidad de todos panameños desde sus distintas posiciones hacer del tema del Canal un tema clave y reiterar un mensaje unificado de cumplimiento y de buen manejo.

 

Tiempos

Para Noriega, no es muy tarde para aplicar esta estrategia, porque a su juicio, la arremetida estadounidense no va a parar.

“No creo que estamos tarde porque creo que Trump va a seguir pidiendo cosas. Si esto me lo están dando gratis, por qué voy a dejar de pedir,” analiza.

La volatilidad de la administración Trump, y la inestabilidad a lo interno de figuras como Hegseth, sin duda deberían poner al servicio exterior panameño en alerta. A la espera de que se concreten en acciones lo firmado en los memorandos de entendimiento y se conozca la nueva realidad de la relación bilateral tras la llegada del embajador Marino, expertos claman por una estrategia que esté a la altura.

 

Oposición

Mientras tanto, en medio de una aparente inestabilidad a lo interno de Cancillería con la renuncia de Rúiz-Hernández, la Asamblea Nacional afina su papel opositor puntualmente en torno a este tema.

Noriega resalta cómo el Ejecutivo —bien sabiendo que no cuentan con una bancada legislativa, ni siquiera minoritaria— evita acercarse a la Asamblea. No solo su agenda legislativa ha sido escueta, sino que distintos ministros no están asistiendo a citaciones.

Esta semana el tema de las citaciones llegó a su cumbre, pues se presentó una moción de voto de censura contra el canciller Javier Martínez-Acha. En la resolución, se hace referencia a una citación que se le hizo hace meses y que no ha cumplido.

Incluso, en la comisión de Relaciones Exteriores ayer no se recibió a dos embajadores que iban a presentar sus planes de trabajo —requisito clave para que puedan comenzar sus labores en el exterior— en señal de protesta.

Si bien es probable que el voto de censura no avance, pues necesita dos tercios de los votos para adoptarse, sin duda manda un fuerte mensaje desde el Legislativo.

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