Frenadeso y Suntracs: más que necedad.

El Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso) ha hecho un llamado a la ciudadanía panameña para que se una a su convocatoria en el Parque Porras a las 4 p.m. mañana. Según dice el grupo, la demostración tiene como propósito pedirle al Ministerio Público que investigue a todos los gobiernos que han contratado con Odebrecht, y que examine a fondo el tema de los Panama Papers.

Generalmente, las protestas, marchas, piquetes de Frenadeso —o de sus primos hermanos, Suntracs— se reciben con escepticismo. El entusiasmo que se vio en Twitter y en círculos de la sociedad civil por la marcha del Movimiento Independiente (Movin) es exactamente el sentimiento opuesto que generan los anuncios de protesta de estos otros grupos. La reacción normalmente parece ser: “¡Qué necios que son!”

Pero esa reacción, y la percepción de que esa reacción es generalizada, es un indicio de que existen fallas sísmicas que corren bajo la superficie en nuestro país y sociedad. Están ahí pero no se ven.

 

I
Contexto.

 

Frenadeso lleva varios días usando el hashtag #JusticiaParaLosPobres y han estado piqueteando en distintas áreas del país. Además, como se les cuestionó su silencio con el tema de Odebrecht, se han tomado la molestia de insistir que Movin no tiene derecho a reclamar sobre el tema porque, según ellos, los nexos de algunos de sus miembros al gobierno los hace “oportunistas” y “cínicos”.

 

Según Frenadeso, Movin es más de lo mismo y no merecen el apoyo de la ciudadanía. Y más allá, a los miembros del Movimiento Independiente los caracterizan como personas que están desconectadas de la realidad nacional.

 

Frenadeso (y Suntracs y el Frente Amplio por la Democracia) han hecho estas alegaciones, u otras como estas, sobre otros grupos políticos en Panamá, por muchos años. Es de lo que viven, es lo que los caracteriza, y es lo que siempre ha hecho que los ciudadanos se encojan de hombros y los ignoren.

Pero en la era de las redes sociales, esta es la primera vez que los mensajes de estos grupos (supuestamente de izquierda) han logrado llegar a más personas, que han logrado hacerle un pushback a los planteamientos de grupos como Movin, y que han empezado a entrar en los “dime que te diré” que normalmente se ven ocurrir entre grupos tradicionales o establecidos.

 

II
Twitter como medidor.

 

Por alguna razón, en Panamá nos hemos enamorado de Twitter. Queremos tanto a la red social que fuimos los que pusimos de moda el tweet presidencial.

¿Recuerdan los famosos tweets del expresidente Ricardo Martinelli? Donald Trump es un novato.

Frenadeso no se ha quedado atrás y se ha aprovechado de la plataforma que tiene en Twitter. Según su perfil público, se registraron en mayo de 2010 y tienen aproximadamente 11,700 seguidores.

No parecen ser muchos, pero no se olviden que en su esencia Frenadeso es un grupo que apela a las “clases populares”, como les gusta decir, y mucho del apoyo que gozan viene de personas quienes probablemente no tengan acceso a una conexión de internet. O si tienen acceso al internet —sea a través de la Universidad de Panamá, o con planes limitados de data en sus celulares— quizá ese acceso no sea suficientemente establecido para incorporarse a una comunidad que, por naturaleza, requiere interacción continua.

Para dar una medida de comparación, Movin, un grupo mayormente compuesto y seguido por personas de la capital con educación avanzada, tiene 12,000 seguidores en Twitter.

Al ver el historial de Frenadeso en Twitter uno se da cuenta que, a pesar de su cantidad de seguidores, su actividad es prolífica.

Por ejemplo, el 3 de febrero empezaron el día con un tweet a las 7:31 a.m. haciendo un llamado a la marcha de mañana. Entre las 7:31 y las 7:52, hicieron tres retweets, y uno de esos era un vídeo de dirigentes de Suntracs entregando una carta en el Ministerio Público que pide una investigación “de los casos”. A las 7:53 publicaron fotos de un volanteo de Suntracs sobre la marcha y luego, a las 8:10, publicaron un vídeo llamado “Crónica de dos muertes anunciadas”, sobre trabajadores afectados en obras de Odebrecht. Justo a las 8:15, el tweet que le sigue al video, es una noticia de la Crítica anunciando la marcha de mañana.

A esos tweets le siguen varios burlándose de los expresidentes Martín Torrijos y Ricardo Martinelli y del actual presidente Juan Carlos Varela, insinuando complicidad entre las tres administraciones y Odebrecht. A las 12:47 publican fotos de un volanteo de Suntracs en Darién, y los tweets que le siguen tienen fotos de un piqueteo en Bella Vista, Chiriquí, Clayton y Chorrera.

Luego entablaron una maratón de tweets criticando la conferencia de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) por tener de conferencista al “paramilitar” Álvaro Uribe, según lo describieron.

¿Están agotados?

Bueno, al parecer, ellos no.

El 3 de febrero solamente publicaron 48 tweets, y esto sin contar tweets de respuesta. Sumándose a esos tweets que quizá ellos consideran ser activistas, patalearon porque la periodista Lina Vega los había bloqueado en Twitter.

Y entre una cosa y la otra, empezaron (o siguieron) una guerra con quien cuestionara su transparencia. Entre los salpicados quedaron Mariela Ledezma, la abogada y comentarista del programa radial Sal y Pimienta, y algunos dirigentes de Movin.

Acuérdense, miembros de Suntracs y Frenadeso han salido a la calle a protestar antes, pero nunca se les había dado la habilidad de debatir directamente —y tan abiertamente y en la misma plataforma— a personas que consideramos ser de cierto prestigio en Panamá. Consideramos que los debates presidenciales con Genaro López en 2014 son una excepción a esta regla.

Esto es nuevo. Esto importa. Esto cambia la dinámica y el posicionamiento del grupo.

 

III
El mensaje.

 

No queremos decir que Frenadeso, Suntracs o el Frente Amplio por la Democracia son una amenaza inminente a la estabilidad social del país, pero es ingenuo pensar que no son un factor importante que puede tener la habilidad de cambiar las reglas del juego político e institucional del país.

Pensar que nadie los quiere y que nadie les pone atención por ser principalmente demagogos ya no vale. Ignorarlos y descontarlos, como se ha hecho anteriormente, ya no es opción. Su alcance y organización es sin precedente, y están logrando conseguir más legitimidad en medios tradicionales: hoy, Saúl Méndez, el secretario general de Suntracs, salió en TVN hablando como una autoridad más sobre el tema de Odebrecht.

Mañana, sin duda, será un desastre andar por la ciudad, y todos sentirán el disgusto de que un grupo “necio” que causa estragos. Pero ya es hora de dejar de verlos como necios. Es hora de verlos de cerca y fiscalizarlos. Es nuestro deber ciudadano asegurarnos que todos aquellos con un mínimo de poder colectivo sepan que el bienestar mayor ciudadano es lo que importa y que todos están sujetos al mismo estándar de transparencia y apego a la ley.